El nombre de la ciudad puede estar relacionado con el etnónimo Cherkasy, el nombre con el que llamaban las naciones vecinas a los ucranianos, a excepción de los rusos y los tártaros, como informó por primera vez en 1245 el embajador italiano Giovanni Carpine.
Durante estos años tempranos, Cherkasy era conocida principalmente como un centro comercial y de artesanía, aprovechando su ubicación estratégica a lo largo del río Dniéper.
Con la partición de Polonia en el siglo XVIII, Cherkasy pasó a formar parte del vasto Imperio Ruso.
La ciudad experimentó una expansión urbana, con la construcción de nuevos barrios residenciales, parques y edificios públicos.
La topografía de Cherkasy es predominantemente llana, con suaves ondulaciones que se extienden por la región.
Los bosques, aunque no tan extensos como en otras partes de Ucrania, son principalmente caducifolios, con robles, hayas y abedules.
Una de las mayores amenazas para la biodiversidad en Cherkasy es la actividad humana, incluyendo la urbanización, la contaminación y la agricultura intensiva.
Sin embargo, hay esfuerzos en curso para conservar y restaurar los ecosistemas naturales de la región.
Durante el verano, las temperaturas promedio oscilan entre 20 °C y 25 °C, aunque pueden alcanzar máximas más altas.
Esta temporada ve la mayor parte de las precipitaciones del año, lo que favorece la agricultura en la región.
La nieve es común en los meses de invierno, aportando a la región un encanto invernal, aunque también puede presentar desafíos para el transporte y la vida cotidiana.
Platos como el «borsch» (sopa de remolacha) y los «varenykys» (dumplings rellenos) son frecuentes.
El Teatro Dramático Regional de Cherkasy es un centro importante para las artes escénicas, presentando obras clásicas y contemporáneas.
La literatura también juega un papel vital, con escritores locales que a menudo exploran temas relacionados con la historia y la identidad regional.
Por ejemplo, el «Día de Iván Kupala» es una festividad pagana que se celebra con hogueras, danzas y saltos sobre el fuego, simbolizando la purificación.