Se le denominó así en honor a la Constitución de Cádiz promulgada en 1812.
[2] Sin embargo, en el siglo XXI sigue siendo escenario de las mencionadas festividades y manifestaciones sociales.
[3] La plaza, al ser parte del centro histórico, está considerada como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1987.
El área que hoy ocupa la plaza fue construida dentro del islote original de la ciudad mexica México-Tenochtitlan y formó parte de su Templo Mayor, recinto religioso principalmente en su parte sur.
Limitaba al este con las llamadas «Casas nuevas» de Moctezuma Xocoyotzin (sobre el que se construiría el futuro Palacio Virreinal) y al oeste por las Casas viejas o Palacio de Axayácatl (1469-1481) donde el huey tlatoani Ahuitzotl, tío de Moctezuma y predecesor inmediato, también vivieron.
Con el Templo Mayor completamente arrasado, los constructores españoles utilizaron las piedras del mismo y de otros edificios del teocalli para preparar la nueva Plaza Mayor en el año de 1524.
En el costado poniente se establecieron varios comercios, los cuales dieron origen al Portal de Mercaderes.
Durante los primeros tiempos coloniales, la plaza estuvo circundada al norte por la nueva iglesia, y al este por el nuevo palacio de Cortés, construido sobre y con las ruinas del palacio de Moctezuma.
La antigua iglesia estaba dirigida hacia al oriente y no a la propia Plaza.
La nueva catedral, concluida hacia 1657 y de tres naves, alzaba hacia el sur sobre la plaza y que dan al área una orientación norte-sur, que existe hasta nuestros días.
En gran parte del siglo XVII, la plaza se llenó de comerciantes.
Durante estos trabajos fueron halladas la Piedra del Sol y una escultura de la diosa Coatlicue.
Los últimos cambios a la plaza antes de la independencia fueron realizados por Manuel Tolsá al colocar la Cruz de Mañozca en la esquina sureste y colocar otra cruz, similar, al noroeste.
El alcalde decano José Ignacio Ormachea le entregó las llaves de la ciudad.
Muchos de los civiles lanzaron piedras e insultos al ejército invasor.
Maximiliano propuso después como remate un águila imperial, rompiendo una cadena y remontando el vuelo.
Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta principios del siglo XX, el Zócalo volvió a llenarse de puestos de mercado, incluyendo el "Centro Mercantil", que vendía tela, ropa y moda Art Nouveau.
Durante la Decena Trágica, en el marco de la Revolución mexicana, el Palacio Nacional fue bombardeado desde un fuerte militar cercano, dañando también al Zócalo, mismo que fue escenario de distintos enfrentamientos en ese periodo.
Aunque no permanecieron mucho tiempo ahí, ya que fueron retirados en 1934 cuando se inauguró el mencionado recinto cultural y colocados en su explanada.
Pocas modificaciones se hicieron posteriormente, casi todas de manera correctiva ante el desnivel de la plancha por las características del subsuelo o las obras del metro, en algunas ocasiones se instalaron pequeños árboles cubiertos con rejas y postes de alumbrado público, todos estos elementos duraron muy poco.
Si bien es cierto, desde mucho tiempo atrás se presentaban manifestaciones de descontento en la plaza, estas eran básicamente sectoriales, es decir de obreros, campesinos u opositores que normalmente terminaban en represión; ahora el nuevo paradigma marcaba numerosas concentraciones con integrantes más diversos y que en contadas ocasiones (después de 1968) concluyeron en violentos desalojos.
Ahí, como en muchos otros puntos de la ciudad, nació una organización ciudadana espontánea y sin precedentes que además utilizó de manera extensa y activa el espacio público.
La multitud coreaba durante ese hecho para que el entonces presidente Gustavo Diaz Ordaz saliera al balcón a un diálogo público.
[16] Durante la noche fue izada otra bandera rojinegra distinta a la que habían colocado los estudiantes.
[17] Luego de una última advertencia, iniciaron los enfrentamientos entre manifestantes y militares, quienes mostraban bayonetas en sus fusiles para la acción.
El 12 de mayo del mismo año, se inaugura con una caminata por los 19 mil 400 m cuadrados intervenidos.
[28][29] En el año de 1845, el presidente Antonio López de Santa Anna instauró oficialmente la Ceremonia del Grito para recordar al cura Miguel Hidalgo y a los héroes que lucharon por la independencia.
Este episodio dio origen al desfile militar con el que se conmemoran las fiestas patrias.
Aunque desde 1913 se llevaban a cabo algunas manifestaciones simbólicas para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores en el Zócalo, fue hasta su oficialización en 1922 que participaron de manera formal organizaciones obreras como la CGT y la CROM.
El desfile oficial que contaba con la participación del presidente fue cancelado definitivamente en 1995.