Avenida Bucareli

El trazado actual de dicha avenida corre en un solo sentido, de norte a sur, formando parte del Eje 1 Poniente y recibiendo el flujo de la Avenida Rosales para continuar con este hacia el sur como la Avenida Cuauhtémoc.

El proyecto de dicho paseo se diseñó sobre una calzada ya existente, ubicada en el Poniente de la Ciudad y que corría de norte a sur, comenzando a la altura de lo que hoy es el cruce de paseo de la Reforma y Bucareli (donde se levantaba el Coliseo Nuevo) y llegando hasta los Arcos de Belén, hoy la avenida Chapultepec.

Llegó a contar desde su creación con tres grandes glorietas, y en cada una de éstas se encontraba ubicaba una fuente, (dos de éstas fuentes se le atribuyen a Manuel Tolsá[1]​) de las cuales la más grande y hermosa era la que se ubicaba en donde ahora se encuentra el Reloj Chino, cuyo diseño se debe a Lorenzo de la Hidalga y era conocida como La Victoria.

Cronistas y personajes distinguidos que llegaron a la Ciudad de México dejaron relatos de su visita a dicho paseo, como el que describió Madame Calderón de la Barca en su libro La vida en México: Durante la expansión de la Ciudad de México a fines del siglo XIX, que ya empezaba a desbordarse de la traza original que había preservado y con la creación de nuevos paseos como el Paseo de la Reforma, así también el fraccionamiento de los terrenos cercanos al Paseo de Bucareli como los de la Hacienda de la Teja, que darían paso a las nuevas colonias —barrios— como la Americana y Nueva del Paseo (la primera es lo que hoy se conoce como la Colonia Juárez y parte de la Zona Rosa) el paseo fue afectado, se le convirtió en una eje vial que formó parte de la ciudad y perdió las dos de sus tres glorietas originales las fuentes de las mismas , sus arboledas por donde paseaban sus visitantes y el encanto que le distinguió.

Entre los edificios notables que se han levantado en la avenida destacan:

Glorieta del Reloj Chino en la avenida Bucareli.