Por lo tanto, perdidos los vestigios vacceos, romanos, visigodos y árabes, los edificios más antiguos conservados provienen de la Edad Media.Poco después se empezaron a levantar edificios como la iglesia de Santa María La Antigua (1088, aunque luego ha sufrido modificaciones durante siglos, hasta el XX) y la torre de la iglesia de San Martín (siglo XII-1621, aunque quitando la torre el resto del edificio fue reconstruido en 1588).[2] Además de los palacios se levantaron también numerosas iglesias renacentistas y conventos por toda la ciudad, destacando obviamente la catedral.Además de los palacios se levantaron también numerosas iglesias renacentistas y conventos por toda la ciudad, destacando obviamente la catedral.La reconstrucción ordenada por Felipe II tuvo como consecuencia el levantamiento de la plaza Mayor, considerada como la primera plaza regular de España y luego imitada en otras ciudades como Salamanca y Madrid.Otros edificios ya existentes como el Palacio Real de Valladolid (s.XVI) fueron ampliamente remodelados.Durante el siglo XIX surgen varias corrientes arquitectónicas que se superponen.El Eclecticismo o Historicismo no se refieren a lo mismo, este último es el uso de un lenguaje anterior y el Eclecticismo es el uso de varios lenguajes anteriores en una misma arquitectura.La nueva casa consistorial (1897-1908) es de esta época, combinando distintos estilos como el eclecticismo con un carácter beaux-artiana con inspiración renacentista.En el apartado industrial destaca la fábrica de la "Electra Popular Vallisoletana" (1906-1907, aunque fue remodelada y ampliada en los años 20).Los edificios civiles vallisoletanos construidos durante el siglo XIX y el primer tercio del XX de estilos ecléctico e historicista suelen tener características comunes como sobriedad en su fachada, tener decoración más sencilla, balcones cerrados o con escaso tamaño y protegidos con barandillas metálicas y tener unos 3-4 pisos de altura.El mejor exponente de este periodo en la ciudad es la Casa del Príncipe (1906).[6] Aunque la guerra civil española (1936-1939) no provocó grandes pérdidas patrimoniales puesto que desde el principio Valladolid permaneció en la zona sublevada, que fue la que acabó ganando la guerra, algunas iglesias fueron dañadas (quemadas, fundamentalmente) los primeros días de la guerra y otros edificios sufrieron daños por los bombardeos republicanos.Estos edificios fueron restaurados progresivamente, como la iglesia de Nuestra Señora del Carmen (1937-1949).Esta drástica medida, se intentó contrarrestar mediante un proyecto de conclusión de la catedral herreriana que finalmente quedó en nada, salvo la fachada del este del crucero (1962-1964).[2] La corriente arquitectónica del siglo XX conocida como Movimiento Moderno ha dejado en la ciudad notables edificios representativos.Es en esta época cuando se produce en la ciudad el mayor crecimiento demográfico de su historia.Aunque se hacen proyectos de reurbanización con arquitectos como Richard Rogers finalmente el proyecto es desechado en el año 2015 por ser económicamente inviable,[14][15][16] y en el 2017 finalmente se apuesta por mejorar la integración del ferrocarril mediante la adecuación y construcción de nuevos túneles bajo las vías.