Antonio Fernández Alba

Con una personalidad inquieta desde su juventud, Fernández Alba participó en las corrientes vanguardistas de los 50 y 60.Asimismo, ha escrito varios libros y realizado numerosas exposiciones en España e Italia.[2]​ Desde diciembre de 2004, fue elegido para ocupar el sillón “o” en la Real Academia Española.[11]​ Fernández Alba quiere convertir en pedagogía aquella norma a la que tantas veces se ajustó su práctica arquitectónica: el hallazgo de un lenguaje del todo coherente con el sentido de la realidad.[13]​ La arquitectura del salmantino se ha visto influida por arquitectos como Frank Lloyd Wright y Alvar Aalto.El Colegio Montfort (1964-65) descansa en una pequeña colina frente al pueblo de Loeches, en Madrid.Con éste, el arquitecto tiene un tema de contacto con la arquitectura vernácula, pero tratándola con rigor.Él no implanta un modelo de edificio, cuya reiteración hubiera degenerado en la obediencia rutinaria a una ley unívoca.[14]​ La trayectoria de este arquitecto, responde a tres etapas más destacadas: A medida que se aproximan los años ochenta se hace más evidentes que el espacio de la arquitectura requerido para el nuevo medio artificial viene sufriendo en la sociedad industrial, un desequilibrio y erosión ambiental, según palabras de Fernández Alba.[15]​ Para este arquitecto existe una urgente necesidad de crear nuevos aparatos para la construcción y formalización del medio físico.El problema radica, según Fernández Alba, en la inexistencia de una verdadera teoría, y una praxis que haga eficaz su cometido, para proponer otras alternativas no ligadas a la búsqueda platónica de la forma.Para él, las escuelas aún siguen impartiendo un aprendizaje alejado de la realidad, tanto en la teoría como en la práctica.