[1][2] Con el discurrir de los siglos el recinto amurallado fue cambiando tanto en amplitud como en delimitación; se llegaron a construir cuatro cercas o murallas (cuatro contando con la primitiva de la que se tiene mínima noticia).
Alguna tuvo función defensiva como fortificación y otras, las más cercanas en el tiempo, tuvieron un cometido fiscal e incluso sanitario pues al cerrar sus puertas en caso de epidemia se impedía el acceso de los afectados a la ciudad.
[3] Sobre Valladolid como núcleo habitado antes de la llegada del conde Ansúrez no hay información documentada.
Sólo hay unas débiles referencias y suposiciones que se sacaron con la ayuda de la historia posterior.
El lugar geográfico era «Valledolit», lugar donde se asentaron como granjeros y labradores algunos vecinos de Cabezón; eligieron el sitio de mayor altura para vivir y las tierras del valle para cultivar.
Esos años del siglo XI carecen de información documental y arqueológica.
[4] Del hipotético castillo o alcázar con su correspondiente muralla no se tiene testimonio en documentos y la arqueología no ha tenido ocasión de encontrar vestigios en este casco histórico que ha soportado tantas trasformaciones a través de los tiempos.
[7] Se especula sobre una fortificación con torre cuadrada y una cerca que partiendo de ella rodearía el núcleo urbano en cuyo centro se encontraban las dos parroquias de San Julián y San Pelayo.
Y así se hace, consolidando al mismo tiempo el alcázar que también se levanta en buena piedra y que en documentos del siglo XIII (1298) denominan como «castillo viejo».
Los sondeos sacaron a la luz dos estructuras diferentes: una presentaba unos cimientos de grandes piedras calizas y la otra estaba compuesta por cimientos con dos filas de piedras más bien pequeñas y materiales cerámicos.
Los arqueólogos interpretaron que el lienzo conservado podría ser un alzado sobre la posible muralla anterior a la época ansuriana.
[22] La muralla dejaba en su exterior dos barrios que iban poblándose y tomando relevancia sustancialmente.
Se supone que hubo una razón de carácter jurisdiccional pues la villa en aquellos años no formaba una unidad sino que estaba gobernada por el Concejo —intramuros— y el abad y cabildo de la colegiata —extramuros—.
Mientras se iba construyendo la cerca nueva en los primeros años del siglo XIV, la vieja subsistía y su lenta demolición ha podido ofrecer variados testimonios.
[29] La cerca o muralla se construyó con irregularidad desde el punto de vista de los materiales empleados que debieron ser pobres en bastantes tramos y con buena mampostería y sillarejos con sillares en otros.
Desde aquí se aproximaba bastante al curso del Esgueva hasta llegar en línea paralela a la puerta del Campo o Arco de Santiago en el extremo de la calle que lleva este mismo nombre.
[37] Desde finales del siglo XV y por crecimiento continuado de la ciudad, la segunda cerca se vio desbordada.
[38] Como consecuencia, a principios del siglo XVII la ciudad se vio en la necesidad de construir una tercera muralla o más bien una cerca o tapia fiscal que sirviera también como seguridad sanitaria e impedir sobre todo la entrada (o incluso la salida) de la peste que por entonces hacía estragos;[b] el gremio del vino tenía una especial disposición para defender y vigilar las puertas en pro de sus intereses fiscales.
Entre las puertas había un portillo y lo mismo unas que otros contaban con su casilla para el personal encargado de la aduana.
[46] Las cuatro puertas eran: Los portillos eran: Esta cerca o tapia fiscal se mantuvo en activo hasta el siglo XIX.