Convento de Nuestra Señora de la Merced (Valladolid)

La orden de la Merced fue tanto religiosa como militar y tuvo origen español.Varios autores antiguos presentan fechas distintas aunque en todos los casos la sitúan en un lapso de tiempo que abarca entre 1220 y 1270.[4]​ Este fraile se dedicó a la expansión de la orden desde el año 1272 por lo que historiadores como Adeline Rucquoi creen que la fundación del convento tuvo lugar en fecha comprendida durante su generalato.Finalmente los monjes se mudaron y ocuparon las casas que Leonor de Portugal había donado en disposición testamentaria.Según la tradición contada por autores vallisoletanos desde Juan Antolínez de Burgos —1561-1644—, Leonor Téllez tuvo amoríos con un caballero llamado Zoilo Iñiguez de quien tuvo un hijo que murió en edad temprana y una hija llamada María.Las disposiciones del testamento se cumplieron a medias porque si bien María eligió el matrimonio anteponiéndolo al monacato, sí se otorgaron las casas a un convento no femenino sino masculino, el convento de la Merced Calzada que andaba necesitado de un espacio físico más amplio.[9]​ Según la tradición, Leonor habría sido enterrada en la primitiva capilla cuyo espacio anterior correspondía al zaguán de la casa.Se enterró a la viuda reina en un nicho empotrado en la pared de la Epístola.[11]​ Siguiendo todos estos datos se ha considerado a Leonor Téllez como primera protectora del convento y por lo tanto al convento como fundación real, aunque no lo fuera en rigor.[12]​ La historia del convento tuvo su fin en el siglo XIX, primero a causa de la invasión francesa y más tarde por la Desamortización.[15]​ Este tramo se denominó años más tarde «calle de la Merced», siendo así el único recuerdo que queda del convento.En 1901 se construyeron las caballerizas para cuatro escuadrones y las cocinas retiradas del cuartel.[16]​ Pero al construirse el nuevo cuartel Conde Ansúrez en 1902, los edificios fueron ocupados con la Intendencia militar que se mantuvo hasta 1922.Los frailes tuvieron problemas pues los hijos de Villandrando, Rodrigo y María entablaron pleito que se resolvió dos años más tarde a favor del convento.El resto del terreno lo ocupaban algunos edificios de servicio, huerta y jardín.[21]​ La mayor actividad de obras y ampliaciones se dieron en el siglo XVII.En 1620 se construyó la librería y en 1650 se terminó la portería con el enlosado y enjalbegado más los adornos propios que consistieron en cuatro lienzos de santos que fue un regalo del padre Maestro Núñez.No la pudo terminar porque le alcanzó la muerte (1609) y la fábrica fue rematada por varios maestros.En la parte central del segundo cuerpo se abría una ventana rectangular con dintel y a ambos lados, hornacinas que contenían dos santos con el hábito de la Merced.A ambos lados y siguiendo las líneas laterales se elevaron dos torres de campanas adornadas también con pilastras toscanas.En el lado del Evangelio se abrían cinco capillas y en el de la Epístola —cuyo muro daba a la parte trasera de la casa llamada del Cordón—, se abrían seis.Tomás de Prado se comprometió a «pintar, dorar y estofar el retablo de la capilla mayor del dicho monasterio» que sería con oro fino y con un estofado que diese riqueza a las figuras.En 1845 se trasladaron al Museo Provincial de Bellas Artes —que estaba en el palacio o colegio de Santa Cruz— las esculturas indicadas mientras que el calvario se colocó en la antigua iglesia del Carmen Calzado.[40]​ El convento respondió con la entrega del patronazgo de dicha capilla especificando que:En las escrituras del contrato se especifica al detalle cómo debería estar construida y la fecha de su terminación.El llamado claustro grande era un espacio rectangular con ocho arcos en dos lados y siete en los otros dos.[48]​ Los claustros y otras dependencias que también daban a la calle Maldonado se utilizaron en el siglo XX como cuartel.En 1951 el colegio San José de los jesuitas (que estaba edificado justo enfrente) hizo un paso subterráneo bajo la calle Maldonado y utilizó el terreno comprado para campos de deporte.El convento fue rico en obras de arte que fueron dispersas o desaparecidas tras la exclaustración.A estas últimas se les siguió la pista por un tiempo pero entre los traslados y los almacenajes quedaron muy pocas localizables.
Representación de la Batalla de Aljubarrota
Espacio del convento localizado en el plano de Bentura Seco de 1738. En rojo todo el solar; en verde la línea que separaba la iglesia de las tapias de la casa del marqués de Aguilafuente
San Pedro Nolasco redimiendo cautivos, obra de c. 1599, madera policromada. Autor: Pedro de la Cuadra (1589-1629). Se encuentra en el Museo Nacional de Escultura (Valladolid). Desamortización: Procede del convento desaparecido de la Merced Calzada de Valladolid. Perteneció al retablo mayor
Retablo de la iglesia del convento que se guarda en la iglesia de la Magdalena