Alfonso Enríquez (almirante de Castilla)

Aunque los cronistas coetáneos castellanos envolvieron la figura de su madre en misterio y genealogistas posteriores no la mencionaron, otros autores, por ejemplo, el portugués Fernão Lopes escribió en relación con eventos ocurridos en 1384, que el almirante fue hijo de una judía.

Este secretario se hizo cargo del niño y lo llevó a una tal Paloma como ama de cría, «hija de un tornadizo y una linda judía».

[6]​ Ortiz de Zúñiga señala que la tal Paloma vivía en Llerena (Badajoz), señorío del maestre Fadrique, tal como se recoge en varios romances recopilados y editados en el siglo XVI.

Ya en el XIX Agustín Durán concede bastante crédito a estas leyendas.

[7]​ Pascual Martínez Sopena y Manuel de Castro, no obstante, consideran que en realidad el hijo de la judía pudo haber sido su otro hermano llamado Alfonso y que él fue el «caçador mór» o montero mayor del rey Juan I de Castilla a quien se alude en la Chronica de El-Rei D. João I.

Se dice que navegando las naves de Alonso en la guerra contra los moros entre los años 1407 a 1410, un vigía divisó algo que emitía un resplandor extraño.

[10]​ Sorprendido Alonso por el hallazgo en semejante lugar, decidió trasladarlo a Palenzuela.

Siendo transportada a lomos de un animal, escoltada por soldados y caballeros, al llegar a Reinoso de Cerrato este decidió detenerse tozudamente frente al castillo donde habían residido las monjas Clarisas.