Según la tradición, san Pedro Regalado, patrón de Valladolid, fue bautizado en 1390 en la pila bautismal que guarda este templo.
Esta parroquia del Salvador debió de ser erigida en el siglo XII, pues, aunque hay historiadores antiguos como Manuel Canesi que datan su fundación fue en 1336, otros más modernos como Matías Sangrador y Juan Agapito y Revilla aseguran que existen documentos que ya la mencionan a finales del siglo XII y en 1208.
Lo más destacado de esta iglesia es un excepcional tríptico flamenco datado hacia 1502 que se encuentra en su capilla dedicada a San Juan Bautista, terminada en 1492.
Este ábside (capilla mayor) se comenzó a construir a finales del siglo XV en estilo tardogótico, con piedra de sillería, cubriéndose originalmente con bóveda de crucería estrellada, por lo que muestra sus contrafuertes al exterior.
En el ático se representa la Expulsión de Adán y Eva del Paraíso.
En él se encuentra un órgano romántico instalado en 1918 y construido por la Casa Quintín Rufiner de Valladolid.
A este último tramo se abre una ventana abocinada y amainelada para iluminar el interior.
A los pies de la iglesia se dispone la pila bautismal en la que, según la tradición, fue bautizado san Pedro Regalado.
Su beatificación había sido en 1683 y, como la tradición mantenía que se había bautizado en esta iglesia, se instituyó la cofradía en su nombre, hoy Cofradía de San Pedro Regalado y Nuestra Señora del Refugio.
También es reseñable la sacristía, construida en 1722, con planta cuadrada y que se que se cubre con cúpula sobre pechinas, pintada al fresco de manera ilusionista con el tema de la Trinidad recibiendo a la Virgen María en el Cielo.
Contiene cinco campanas: la más valiosa se halla al lado norte y data de 1691, con lo que fue probablemente fundida tras hundirse la torre antigua; las otras cuatro se fechan en la segunda mitad del siglo XIX.
La fachada se remata con una peineta con un bajorrelieve que representa a Dios Padre y una balaustrada unificadora con jarrones.