Juana I de Castilla

El levantamiento comunero de 1520 la sacó de su cárcel y le pidió encabezar la revuelta, pero ella se negó, y cuando su hijo Carlos derrotó a los comuneros, volvió a encerrarla.Más adelante Carlos ordenaría que la obligasen a recibir los sacramentos, aunque fuese mediante tortura.Esta visión de su figura fue popularizada en el Romanticismo, tanto en pintura como en literatura.Con anterioridad, Juana había sido considerada para el delfín Carlos, heredero del trono francés, y en 1489 pedida en matrimonio por el rey Jacobo IV de Escocia, de la dinastía Estuardo.Se le unieron asimismo unos sesenta navíos mercantes que transportaban la lana exportada cada año desde Castilla.[11]​ Juana fue despedida por su madre y hermanos, e inició su rumbo hacia Flandes, hogar de su futuro esposo.La travesía tuvo algunos contratiempos que, en primer lugar, la obligaron a tomar refugio en Portland, Inglaterra, el 31 de agosto.No obstante, Felipe pronto perdió el interés en la relación, lo cual hizo nacer en Juana unos celos que han sido considerados patológicos por varios autores.Aquel mismo día tuvo a su hijo, según se dice, en un retrete del palacio.En noviembre de 1501 Felipe y Juana, dejando a sus hijos en Flandes, emprendieron camino hacia Castilla por tierra desde Bruselas.Madre e hija terminaron en disputa y, al final, Isabel consintió que Juana regresase a Flandes, donde llegó en junio de 1504.[11]​ El episodio del castillo de la Mota, en el que la hija incurrió en desacato, había causado tanto disgusto a la reina que se vio obligada a justificarla delante de distintas personalidades.Rogó a su esposo que, cuando Juana llegara a Flandes, la vigilara gente de su confianza para evitar nuevos desacatos, aunque esperaba que la reunión con el esposo produjera un efecto beneficioso en el carácter de su hija.En el canal de la Mancha, una fuerte tormenta hundió varios navíos y dispersó al resto.En ese momento ella decidió trasladar el cuerpo de su esposo desde Burgos, donde había muerto y en el que ya había recibido sepultura, hasta Granada, tal como él mismo había dispuesto viéndose morir (excepto su corazón, que deseaba que se mandase a Bruselas, como así se hizo), viajando siempre de noche.En febrero de 1509, Fernando ordenó encerrar a Juana en Tordesillas para evitar que se formase un partido nobiliario en torno de su hija,[28]​ encierro que mantendría su hijo Carlos I más adelante.[29]​ Solo quedaba la oposición del emperador Maximiliano I, que amenazó con traer a su nieto, el príncipe de Asturias, a Castilla y gobernar en su nombre, al temer que el segundo matrimonio de Fernando podría engendrar un hijo varón que podría poner en peligro la sucesión de su nieto, el príncipe Carlos.En 1516 murió el rey y, por su testamento, Juana se convirtió en reina nominal también de Aragón.Mientras vivió, en los documentos oficiales debía figurar en primer lugar el nombre de la reina Juana.Pero, en la práctica, Juana no tuvo ningún poder real porque Carlos mantuvo a su madre encerrada.Ante cualquier sospecha de que la reina estaba, en realidad, mentalmente estable, los adversarios del nuevo rey podrían derrocarlo por usurpador.[32]​ En la documentación conservada sobre su Casa Real, como son las cuentas tomadas por su tesorero, el vitoriano Ochoa de Landa, se puede encontrar valiosa información al respecto.Después de estos cambios, todos, incluso el cardenal, afirmaban que doña Juana «parece otra» porque se interesaba por las cosas, salía, conversaba, cuidaba de su personal y, por si fuera poco, pronunciaba unas atinadas y elocuentes palabras ante los procuradores de la Junta; palabras que recogieron notarios y se comenzaron a difundir.La vida de doña Juana se deterioró progresivamente, como testimoniaron los pocos que consiguieron visitarla.Su dictamen fue «que encontrándola muy mejorada, podía recibir la extremaunción, aunque no lo estaba para la comunión».[6]​ La versión oficial en el siglo XVI fue que la reina Juana había sido retirada del trono por su incapacidad debida a una enfermedad mental.Se ha escrito que pudo padecer de melancolía,[34]​trastorno depresivo severo,[34]​[35]​ psicosis,[35]​ esquizofrenia heredada[34]​[35]​ o, más recientemente, un trastorno esquizoafectivo.Se trata de un monólogo para una sola actriz, que no ha sido llevado al teatro.En 2013 se estrenó Juana, la reina que no quiso reinar, de Jesús Carazo, obra en la que aparece una Juana cercana al mito romántico: casada de adolescente contra su voluntad y encerrada después durante cuarenta y seis años por la única locura de ser mujer antes que reina y defender el amor por encima del poder.Según la visión del autor, todos ellos la hicieron pasar por enajenada para poder incapacitarla en sus funciones y dar rienda suelta a sus ambiciones.
Contrato matrimonial entre Juana y Felipe el Hermoso (1495). Archivo General de Simancas .
Felipe y Juana, ca. 1500.
Juana y su esposo con gente de la corte
Juana con dos de sus hijos Carlos I de España y V de Alemania y Fernando, después también emperador).
Real acuñado en México con la leyenda "Carlos y Juana, de las Españas y las Indias".
La Demencia de Doña Juana (1867), de Lorenzo Vallés . Museo del Prado (Madrid).
Estatua de Juana I en Tordesillas , lugar donde estuvo cautiva en sus últimos años.
La actriz Margarita Xirgu caracterizada como la reina Juana en el estreno de la obra Santa Juana de Castilla