Trastorno esquizoafectivo

Actualmente, no existe ningún análisis de laboratorio que permita detectar el trastorno.

En casos más serios —cuando existe riesgo para el paciente o para los otros—, puede ser necesaria la hospitalización involuntaria o incluso voluntaria también si es preferible, aunque las estancias en hospitales son menos frecuentes y por períodos más cortos que en ocasiones anteriores.

Recibir terapia, mantener el tratamiento, una buena alimentación, hidratación, dormir las horas necesarias, un buen descanso, practicar rutinas sanas, mostrar interés, colaborar con los sanitarios, son algunos de los mecanismos de defensa.

La estimulación cognitiva tanto creativa como lógica y el raciocinio son imprescindibles tanto para prevenir síntomas como para el autoconocimiento (en la actualidad hay múltiples herramienta en internet, espacios culturales y de ocio, instalaciones e infraestructuras, que ayudarán a ejercitar estas capacitaciones).

Es importante que el paciente tenga una buena terapia y comprensión de su situación para evitar incidentes graves.

El término psicosis esquizoafectiva fue acuñado por Jacob Kasanin en 1933 para describir un enfermedad psicótica más episódica con síntomas afectivos predominantes, la cual fue calificada como una buena prognosis de la esquizofrenia.