Tras el fallecimiento de su padre y cumplidos los 18 años, Antonio decidió abandonar su ciudad y probar fortuna en Madrid, pues desde muy niño tuvo clara su vocación de convertirse en artista.
[1] En 1947 consiguió firmar un contrato discográfico con la compañía Gramófono Odeón, para la que grabó sus primeras canciones, escritas por el maestro Algarra (Doña Luz de Lucena, Yo quiero estar a tu vera, La Medallona).
En esa época se le conocía como «El Gitanillo de Bronce».
[1] En Barcelona llevó al teatro el espectáculo «Bronce y oro», que finalizó en marzo de 1947.
Antonio Amaya fue de las primeras figuras relevantes del mundo del espectáculo que se instalaron en Sitges (Barcelona) donde regentó durante muchos años su local "Chez Antonio", donde se daban cita artistas y personajes de todo tipo.