[21][a] Algunos autores, basándose en las afirmaciones de Balbina Martínez Caviró,[22][23] afirmaron que el almirante Alonso Enríquez y su esposa tuvieron una hija llamada Juana que fue abadesa en el convento de Santa Clara la Real de Toledo,[24] en cuyo coro estaría sepultada.
[25][26] Los historiadores Margarita Cuartas Rivero y Jesús Antonio González Calle, sin embargo, han demostrado que dicha abadesa fue realmente Juana Enríquez, hija ilegítima del conde Alfonso Enríquez y de Inés de Soto de los Infantes y nieta del rey Enrique II de Castilla.
[27][24] El heraldista Faustino Menéndez Pidal de Navascués señaló que el escudo colocado sobre la tumba de esta abadesa es idéntico al que utilizó su padre, el conde Alfonso Enríquez.
[28] Además, ni el almirante ni Juana de Mendoza en sus testamentos otorgados en 1426 y en 1431, respectivamente, mencionan a una hija llamada Juana.
Dice que como su hijo de su primer matrimonio ha sido muy heredado, igual que todas sus hijas y su hijo Fadrique, y teniendo cargo de conciencia, ordena que todo los bienes que quedasen después de cumplir su testamento, los herede su hijo Enrique a quien constituye por su legítimo heredero universal.