Al año siguiente, su madre moriría asesinada en Coímbra por orden de Alfonso IV.
En cuanto a la cuestión de que Beatriz hubiera sido infanta legítima de Portugal o, simplemente, hija natural de Pedro I a quien nunca debió otorgarse el título de infanta, lo cierto es que tras la muerte de Inés de Castro, y habiendo ascendido en el trono, Pedro hizo todo lo posible para legitimar a los hijos de ambos, otorgándoles los títulos de infantes.
Mejor prueba de que ella y sus hermanos fueron verdaderamente reconocidos como infantes, no podría serlo.
Beatriz mantuvo este título durante un año, hasta que su esposo murió el 19 de febrero de 1374.
Del matrimonio nació una hija:[1] Cinco años después, en 1379, Beatriz acompañó a su hermano, el infante Juan, cuando éste se exilió en Castilla a causa de las intrigas de la reina portuguesa Leonor Téllez de Meneses.