El infante don Enrique, para asegurar su poder, convocó Cortes en Ávila y forzó su matrimonio con la renuente hermana del rey de Castilla, la infanta Catalina.
La boda, que se realizó el 8 de noviembre de 1420 en Ávila,[4] dado el ambiente político, se llevó a cabo sin grandes ceremonias y sin ningún tipo de festejo, lo que suponía toda una anomalía y quedó reflejado en las crónicas del reinado.
Esto hizo que se viese alejada por su marido en diversas ocasiones.
Ya en 1437 la reina tuvo que renunciar a la villa de Montalbán, que había heredado de su madre, y cuyo señorío fue adjudicado a Luna.
[6][7][9] Su cuerpo yace enterrado en el panteón real del monasterio de Guadalupe.