[1][2][3][4] Si bien tiene obras representativas de hasta veinte siglos atrás (como piezas romanas y griegas del siglo I a. C., así como colecciones de la Edad Media y modernas), Uffizi es famosa por sus obras maestras del Trecento, el Prerrenacimiento, el Renacimiento y el Barroco, de artistas italianos como Giotto, Cimabue, Fra Angelico, Fra Filippo Lippi, Piero della Francesca, Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Rafael, Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci, Tiziano y Caravaggio, entre muchos otros.La galería era abierta a los visitantes que lo solicitaban durante el siglo XVI y en 1769 abrió oficialmente al público como museo por iniciativa de Leopoldo II, en aquel entonces Gran Duque de Toscana.[1][7] En 1993, un coche-bomba explotó en Via dei Georgofili, matando a cinco personas y produciendo graves daños al palacio.Las salas de la Galería Uffizi son las siguientes:[10][11][12] Este espacio, compuesto de tres vestíbulos, fue realizado a finales del Settecento, cuando, por voluntad del Gran Duque Pietro Leopoldo, fue completada la escalera monumental que permitió un nuevo acceso a la Galería.La colección fue ampliada por Cosme I después de su primer viaje a Roma en 1560 cuando decidió encargar estatuas para adornar el Palacio Pitti, y retratos y bustos para el Palacio Vecchio.Partiendo del fondo del pasillo a la derecha de la entrada, vemos el retrato del fundador Giovanni di Bicci, a la izquierda la rama principal de sus descendientes (Cosme el Viejo, Piero el Gotoso, Lorenzo el Magnífico, y los papas León X y Clemente VII), a la derecha los descendientes de la rama secundaria (Giovanni dalle Bande Nere y su hijo Cosme I, que dio a vida a la dinastía que duró hasta 1737).Entre los retratos, formados en gran parte con viejas cabezas montadas en bustos modernos, destaca el del emperador Adriano, todo original y de precisa elaboración, expresiva e intensa como en los bustos denominados Giulia y del emperador Vespasiano, donde sólo la cabeza es original.Entre ellas hay tres estatuas romanas copias del Doríforo de Policleto, obra griega del siglo I a. C.: una en bronce, otra en mármol y la que se considera la copia más fiel, el Torso de Doríforo en basalto verde, que nunca se concluyó debido a la dureza del material.En la sala se exponen pinturas de las iglesias de la Toscana que datan desde la primera mitad del siglo XII y hasta los comienzos del siglo XIV.En este gran espacio destacan las tres tablas capitales de Duccio di Boninsegna (Madonna Rucellai), Cimabue (Maestà di Santa Trinitá) y Giotto (Maestà di Ognissanti), conocidas las tres por retratar la Majestad: representan la Virgen entronizada con el Niño, rodeada de ángeles y santos.La sala acoge una preciosa selección de obras maestras sienesas del Trecento.Es totalmente diferenciado Giottino, un artista raro que con su hermosa Piedad, introduce caracteres más modernos, mostrándose sensible a la expresión de los sentimientos, y utilizando un color variado en sutiles pasajes cromáticos.Las formas alargadas de las figuras y la evolución de los pliegues, junto con los colores fríos, brillantes bajo la luz, muestran claramente la tendencia a principios del siglo XV el arte florentino.Se recogen aquí algunas de las obras emblemáticas del Renacimiento italiano, universalmente conocidas.Se encuentran también las siete tablas con Virtudes, seis de los cuales fueron ejecutados por Piero Pollaiolo y el séptimo, que representa la Fortaleza, obra de Sandro Botticelli, a una edad temprana.La influencia de las culturas nórdicas también se nota en Domenico Ghirlandaio, quien es representado por tres pinturas en esta sala.Se accede a través de la Escalera de Buontalenti: En el ala derecha del edificio, con entrada por vía Lambertesca, se encuentra expuesta la extraordinaria colección Contini Bonacossi, reunida a comienzos del siglo XX y donada a la Galería Uffizi en los años 90, representando así una ampliación considerable de los fondos del museo.Las últimas exposiciones realizadas en esta sala estuvieron dedicadas al erotismo y a los autorretratos.[4] A continuación se muestra la evolución de visitantes de la Galería Uffizi en los últimos años, que incluye tanto los visitantes que pagaron entrada como quienes ingresaron gratuitamente.