Venus de Urbino

La pintura, cuyo comitente fue Guidobaldo II della Rovere, entonces hijo del duque de Urbino, representa a una joven desnuda semitendida sobre un lujoso lecho en el interior de un palacete veneciano.A los pies de la joven desnuda duerme un perrito; la presencia del perrito es signo de que la representada no es una diosa, sino una mujer real, aunque no se sabe exactamente quién es.Algo más: el perrito, típica alegoría de la fidelidad, aquí aparece, sugerentemente, dormido.Las flores en la mano derecha resaltan el aura de erotismo ya reforzada por la luz casi dorada que ilumina al cuerpo.El color claro y cálido del cuerpo produce una impresión de sensual indolencia, realzada en el contraste con el oscuro del fondo y el colchón; en efecto, el color oscuro del lienzo de la pared provoca una cesura en la mirada que entonces se centra en el cuerpo de la mujer.
Pintura expuesta en la galería Uffizi, Florencia.