El gótico internacional es un estilo dentro de la pintura gótica que se desarrolló en Borgoña, Bohemia y el norte de Italia a finales del siglo XIV y principios del siglo XV.
Durante el último tercio del siglo XIV y primer tercio del siglo XV, los frescos y las tablas pintadas o las miniaturas realizadas por las distintas escuelas locales o regionales, muestran entre sí un gran parecido.
Asimismo, las vidrieras, los tapices, los bordados y los esmaltes suelen reflejar el estilo de las pinturas.
La inestabilidad social forjará el acercamiento entre las clases medias privilegiadas con la nobleza cortesana cuyas prebendas ya no dependen de sus posesiones feudales sino de su posición al servicio del Rey, en unas cortes que son el centro del poder político.
Las clases privilegiadas se intercambian libros ilustrados con miniaturas, o pequeñas tablas pintadas, fáciles de transportar por los mercaderes cuyas caravanas cruzan toda Europa.
También se hizo un uso más racional de la perspectiva, el modelado, y la ambientación, desconocidos en Occidente desde la antigüedad.
Así, tiende a ser naturalista en su representación del mundo: los animales, las plantas, los elementos de la vida cotidiana, son cuidadosa y fielmente reflejados; al mismo tiempo, tenían todo un contenido simbólico al que no eran ajenos los refinados clientes de las cortes aristocráticas.
Así, en Alemania cabe mencionar a Conrad Soest, en Westfalia y al Maestro Francke, en Hamburgo.
En Italia se desarrolló especialmente en Lombardía, con Michelino da Besozzo, Siena (Sassetta, Sano di Pietro y Giovanni di Paolo), así como Florencia, con Lorenzo Monaco, Gentile da Fabriano y Jacopo Bellini.