La forma en que tales disfunciones y disidencias se gestionan (represión, tolerancia, asimilación, negación) definirá el grado de reformismo, progresismo, conservadurismo o autoritarismo social.
La teoría social de autores como Karl Marx, Émile Durkheim, Talcott Parsons y Jürgen Habermas propuso distintas explicaciones de en qué consiste el orden social y cuál es su base real.
Para Habermas es el conjunto de todo lo anterior, a lo que suma la acción comunicativa.
Otro factor clave concerniente al orden social es el principio de extensividad,[2] que propone que cuantas más normas y más importantes sean para una sociedad, mejor estas normas mantienen conjuntado al grupo; como por ejemplo ocurre con comunidades religiosas cerradas (como los amish, en Estados Unidos).
[6] Hay valores individuales y valores sociales, que modifican nuestros deseos de acuerdo con los principios éticos del grupo con el que nos asociamos: familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.
La clase dominante se define como la que ejerce en mayor medida el poder y la autoridad.
Thomas Schelling estudió desde esa perspectiva la segregación racial de los vecindarios, y sus hallazgos sugieren que la interacción puede producir predictivilidad, pero no siembre incrementa el orden social.
Concluye que "cuando todos los individuos persiguen sus propias diferencias, se llega más bien a la segregación que a la integración"[7] El aspecto social del honor puede ser entendido como estatus social.
Puede adquirirse estatus cuando una persona gana posiciones en la base del mérito, por ejemplo por sus logros o su trabajo.
[13] Según la segunda "la última fuente del orden social reside no en controles externos sino en una concordancia o valores y normas específicos que los individuos se han arreglado para internalizar de algún modo".
Según la primera, se consigue a través de una influencia y control externos, mientras según la segunda sólo se consigue con la aceptación individual del seguimiento de normas y valores internalizados, que nos acostumbramos a seguir.