El control social es el conjunto de prácticas, actitudes y valores destinados a mantener el orden establecido en las sociedades.
En resumidas palabras, el derecho puede, teóricamente, operar de cuatro maneras: previniendo, reprimiendo, promocionando y premiando la conducta.
[9] Algunos filósofos sociales han desempeñado un papel en el desarrollo del control social como Thomas Hobbes en su obra Leviatán que analiza el orden social y cómo el Estado ejerce esto usando el poder civil y militar; así como De los delitos y las penas de Cesare Beccaria que argumenta que las personas evitarán el comportamiento delictivo si sus actos resultan en un castigo más severo, afirmando que los cambios en el castigo actuarán como una forma de control social.
[10] La sociedad utiliza ciertas sanciones para hacer cumplir un estándar de comportamiento que se considera socialmente aceptable.
La sociedad tradicional se basa principalmente en el control social informal integrado en su cultura consuetudinaria para socializar a sus miembros.
La interiorización de estos valores y normas se conoce como un proceso llamado socialización.
[19] Teóricos como Noam Chomsky han argumentado que el sesgo sistémico existe en los medios de comunicación modernos.
La instancia policial es un ejemplo: es un mecanismo de control social informal que se deriva del Estado.
Como hecho político, se añade una función de vigilancia (represor contra las incidencias) que desemboca en el Estado intervencionista.
Se vincula a la transformación urbana de las ciudades (las grandes avenidas permiten el paso del ejército con los caballos).
Dichas medidas son respaldadas por el gobierno y otras instituciones por medios explícitamente coactivos, que van desde las sanciones hasta el encarcelamiento o el confinamiento.