Jacopo Bassano

Su padre, Francesco Bassano el Viejo, fue un «artista aldeano» y Jacopo adoptó algo de su estilo cuando introdujo en sus pinturas religiosas detalles realistas, incluyendo animales, granjas y paisajes; «hasta el extremo de que sus cuadros más parecen simples composiciones de género, que cuadros religiosos».

La introducción de estos elementos que llenan las composiciones tuvieron luego gran importancia en los orígenes del naturalismo barroco.

Habiendo trabajado en Venecia y otras ciudades italianas, estableció un taller en Bassano con sus cuatro hijos: Francesco el Joven (1549–1592), Gerolamo (1566–1621), Giovanni Battista (1553–1613), y Leandro (1557–1622).

Compartieron su estilo, y algunos trabajos son difíciles de atribuir con precisión.

Son especialmente apreciadas sus composiciones nocturnas, en las que maneja los juegos de luces con gran maestría.