Fuerzas Armadas Españolas (período del franquismo)

El historiador Gabriel Cardona destaca en sus obras la crónica penuria en medios materiales, así como las situaciones de corrupción y nepotismo que no contribuían a mejorar las Fuerzas Armadas Españolas.[1]​ Ya durante la guerra civil el Ejército quedó convertido en nervio central del nuevo Estado totalitario, y a cuya cabeza se situaba el generalísimo Franco, situación que quedó confirmada con la victoria final en la contienda.[5]​ Como Comandante supremo, Franco se reservaba la última palabra sobre las sentencias de muerte o los indultos.[6]​ Desde ese momento, las Fuerzas Armadas quedaron envueltas en un monolitismo en torno a la Dictadura franquista, en tanto que ellas participan del poder: Su poder se manifestaba tanto en la dirección del país como a través de su influencia en el gobierno o en la administración estatal.1]​ Todavía en los años 70 buena parte de la oficialidad de las Fuerzas armadas seguía manteniendo sueldos muy bajos, por lo que se seguía recurriendo al pluriempleo tanto en la administración pública como en empresas privadas.Tras el comienzo de la contienda, esta estructura se vio fracturada en dos estados y quedó completamente alterada.Otro elemento favorable a los sublevados fue que mientras los generales y altos mandos se mantuvieron mayoritariamente leales a la República, los jefes y oficiales intermedios se sumaron en buena parte a la sublevación, y además si se considera la evolución durante la guerra civil española el dato también es muy favorable para los sublevados, pues mientras durante ese tiempo la plantilla de jefes y oficiales del bando rebelde fue creciendo hasta alcanzar los 14.104 efectivos el 1 de abril de 1939, la del bando republicano fue disminuyendo hasta quedar reducida a 4.771, debido fundamentalmente al pase al bando rival de muchos jefes y oficiales en el transcurso de la guerra.[20]​ El general Francisco Gómez-Jordana Sousa fue nombrado presidente de la Junta Técnica del Estado.Parejo a esto se fueron recuperando paulatinamente las Regiones militares sobre la base de las antiguas divisiones orgánicas.[24]​ Entre los hombres que componían este ejército, se encontraban no solo desertores de la zona republicana sino también soldados prisioneros que se habían visto obligados a realistarse en este Ejército.[24]​ Por otro lado, entre estas fuerzas se encontraban 40.000 efectivos marroquíes pertenecientes al Ejército de África, el cual incluía a la Legión extranjera y los temidos regulares; las unidades africanas ya se encontraban distribuidas entre el Ejército franquista.[24]​ Para entonces, todas estas tropas ya se habían reorganizado en divisiones y lentamente fueron perdiendo el significado territorial de su anterior procedencia, o su composición original.[35]​ La decisión de no desmovilizar a tan elevado número de tropas refleja la conciencia de que con la guerra civil no habían terminado los conflictos internos, pero esto también se hizo a un elevado precio para el conjunto del país: Al absorber en 1941 un 45,8% y en 1943 un 53,1% del presupuesto nacional, esto suponía un gasto totalmente desproporcionado, y más aún para un país devastado tras la guerra civil.Por si los problemas no fueran pocos, a esto también se unían las conspiraciones de algunos importantes militares como Alfredo Kindelán, Luis Orgaz Yoldi, Antonio Aranda Mata o Juan Yagüe.[37]​ A medida que avanzó la posguerra, arreciaron las críticas del Alto mando hacia la corrupción e ineficacia falangista en la administración estatal.[38]​ Franco, no obstante, ignoró tanto la corrupción falangista como también las corruptelas y veleidades que se producían en el seno del Ejército.[41]​ Al final, los avatares de la contienda resultaron en la no beligerancia del país.[48]​ El intento, sin embargo, fue un fracaso dada la situación del país y la imposibilidad de llevar a cabo semejante proyecto en esas condiciones.[52]​ Al final en 1963 fue aprobado un “mini-plan” más adecuado que comprendía la adquisición de un crucero ligero y 5 fragatas similares a la clase Leander británica.[52]​ No era la primera vez que las Fuerzas Armadas se encontraban con un problema de este tipo.2 Ostentado por los jefes de las distintas regiones militares y del Estado Mayor.2 Ostentado por los capitanes generales de las distintas zonas marítimas, y jefe del Estado Mayor.2 Ostentado por los jefes de las distintas regiones militares y del Estado Mayor.
Francisco Franco junto con mandos militares en unas maniobras en 1944.
Reclutas haciendo el servicio militar, hacia 1945.
Pontones del Ejército sublevado, 1936.
Tropas marroquíes festejando la conquista de Rubielos de Mora en 1938.
Desfile militar en San Sebastián (1942).
Desfile de guardias civiles y policías armados en San Sebastián (1942).
Capitán general/generalísimo
Capitán general/generalísimo
Capitán general
Capitán general
Teniente general
Teniente general
General de división
General de división
General de brigada
General de brigada
Coronel
Coronel
Coronel
Coronel
Teniente coronel
Teniente coronel
Comandante
Comandante
Capitán
Capitán
Teniente
Teniente
Alférez
Alférez
Capitán general/generalísimo
Capitán general/generalísimo
Almirante
Almirante
Vicealmirante
Vicealmirante
Contralmirante
Contralmirante
Capitán de navío
Capitán de navío
Capitán de fragata
Capitán de fragata
Comandante
Comandante
Capitán
Capitán
Teniente
Teniente
Alférez
Alférez
Capitán general/generalísimo
Capitán general/generalísimo
Capitán general
Capitán general
Teniente general
Teniente general
General de división
General de división
General de brigada
General de brigada
Coronel
Coronel
Coronel
Coronel
Teniente coronel
Teniente coronel
Comandante
Comandante
Capitán
Capitán
Teniente
Teniente
Alférez
Alférez