Corpo Truppe Volontarie

Desde al menos 1934 los monárquicos españoles habían decidido dar un golpe de Estado si las izquierdas recuperaban el poder.

Con esta perspectiva, los dirigentes José Calvo Sotelo, Pedro Saínz Rodriguez y Antonio Goicoechea Cosculluela se desplazaron varias veces a Italia donde se entrevistan con altos dirigentes fascistas (al menos una vez con el propio Mussolini) para recabar ayuda financiera y sobre todo la adquisición de material bélico, incluidos varios aviones de combate.

Consecuentemente sublevados y Gobierno buscan de inmediato apoyo internacional a sus respectivas causas.

Por el contrario, el gobierno republicano no encontró el esperado eco en Francia y Reino Unido, que contrarios a involucrarse en conflictos con las potencias fascistas, propusieron la creación de un Comité de No Intervención que aislase el problema español.

En esta situación, el apoyo italiano fue fundamental, al enviar en esos momentos aviones de transporte que ayudaron a trasladar a parte del ejército sublevado desde Marruecos a la península (la mayor parte consiguió pasar después de que la República moviera toda la flota, dejando sólo dos destructores que fueron derrotados por el crucero pesado Canarias y el crucero ligero Almirante Cervera en la batalla del Cabo Espartel).

Experimentaron un relativamente elevado número de bajas: 3 300 muertos, 11 000 heridos y 800 prisioneros o desaparecidos.

Las divisiones Camisa Negra (Camicie Nere o CCNN) estaban formadas por soldados regulares y milicias voluntarias del Partido Fascista.

El resultado del combate ayudó a elevar la moral en el Ejército Popular Republicano, era otra victoria para evitar la caída de Madrid.

Enero: Durante todo el mes siguen llegando efectivos hasta totalizar aproximadamente 44 000 soldados regulares del ejército italiano y miembros de los paramilitares fascistas (Camisas Negras).

Los blindados italianos, que consistía en su mayor parte en tanquetas L3 / 35, resultó no ser rival para los tanques T-26B proporcionados a los republicanos por la Unión Soviética.

Agosto: El CTV, ahora coordinado con el resto del ejército participa en la campaña contra Santander, donde tropas de la unidad mecanizada "Littorio" entran en la capital el día 26.

Las tropas italianas participan en todas las operaciones importantes si bien su aportación es minoritaria frente a los grandes recursos involucrados por ambos bandos.

Agosto: Tropas italianas participan en la contraofensiva franquista de la batalla del Ebro que termina con la retirada republicana.

Franco detiene el avance de las unidades "celere" del CTV hacia la frontera francesa para evitar complicaciones diplomáticas.

Desde allí participa en la ofensiva final (un paseo militar) entrando en Aranjuez, Ocaña, Albacete y Alicante.

De los aproximadamente 78.500 hombres enviados a España, entre 2.989-3.819 perecieron durante la contienda, mientras que 12.000 (10.629) resultaron heridos.

[3] Una vez acabado el conflicto, el ejército italiano abandonó aproximadamente 3.400 ametralladoras, 1.400 morteros, 1.800 piezas de artillería, 6.800 vehículos, 160 tanques y 760 aviones en suelo español.

El coste económico del CTV supuso para Italia entre 6 y 8,5 mil millones de liras[cita requerida].

Es decir, entre el 14 al 20 por ciento del gasto anual italiano, representando un inmenso drenaje de recursos.

Sacrario Militare Italiano en la Iglesia de San Antonio de Padua (Zaragoza) . En este cementerio reposan la mayoría de los caídos italianos en la guerra civil española.
Cartel antifascista en contra de la presencia de tropas italianas en España .
El general Franco pasa revista y saluda brazo en alto a soldados italianos en Logroño, el 2 de octubre de 1938.