[7] Bajo el arco se encontraba un palco del que sobresalía un balcón decorado en su frontal con un víctor.[4] Ese mismo día el Generalísimo llegaba a Madrid desde Burgos, donde aún se encontraba el gobierno y realizaba una entrada triunfal por las engalanadas calles de la capital.La oficina de prensa había anunciado previamente desde Burgos que «la entrada del general Franco en Madrid seguirá el ritual observado cuando Alfonso VI, acompañado por el Cid, tomó Toledo en la Edad Media».La línea 2 del metro, entre Sol y Cuatro Caminos, permaneció cerrada hasta las tres de la tarde.[8] A las nueve de la mañana, el Generalísimo ocupó su lugar en la tribuna situada bajo el arco triunfal.[12] Llevaba uniforme militar, aunque con la camisa azul falangista y la boina roja de los carlistas.[16] Dependiendo de los historiadores, el número de efectivos que participó en el desfile osciló entre 120 000[10] y 250 000,[6] pertenecientes a la mayoría de las unidades que habían combatido en la guerra, incluyendo las tropas extranjeras que habían apoyado a Franco en el conflicto civil: los viriatos portugueses, el Corpo di Truppe Volontarie italiano, y la Legión Cóndor alemana.Al pie de la tribuna, sobre un pequeño estrado, se dispusieron diversas enseñas históricas, con la Real Senyera valenciana en el centro.[6] También participaron en el desfile, al frente de sus tropas, los generales García Valiño y Solchaga.[14] Todas las unidades exhibían las gastadas enseñas con las que habían combatido durante la guerra.[9] El desfile lo cerraron los viriatos portugueses y la Legión Cóndor, al mando del general Wolfram von Richthofen.La lluvia que cayó a mediodía durante aproximadamente una hora[18] no impidió el desfile.[19] Asimismo achacó la responsabilidad del «martirio de Madrid» durante la guerra a los vencidos.En un gesto muy significativo, Franco entró en el templo bajo palio, un privilegio litúrgico reservado a los monarcas españoles.El Generalísimo pronunció la siguiente plegaria:[23] La espada quedó situada en el altar mayor, frente al Cristo de Lepanto que había sido trasladado expresamente desde Barcelona para la ocasión, y posteriormente fue exhibida en la Catedral de Toledo.[22] Esa misma tarde, el Jefe del Estado recibió al cuerpo diplomático en el Monasterio de El Escorial.Durante unos años la celebración del desfile fue cambiando de ubicación entre las distintas Capitanías Generales que había entonces.
Franco desciende del vehículo y saluda a su llegada al desfile.
Un
víctor
decoraba el frontal de la tribuna en la que se dispuso el «Caudillo».
Interior de la Iglesia de Santa Bárbara, donde tuvo lugar la ceremonia de exaltación del Caudillo.