Junta Técnica del Estado

Fue una de las principales instituciones que configuraron la primera organización gubernamental creada por Franco.

Aunque estaba dividida en comisiones sectoriales, no fue un auténtico gobierno y estuvo compuesta por personalidades con escasa relevancia política.

Sin embargo, pronto surgieron movimientos partidarios de centralizar el mando.

Su mayor prioridad era alcanzar la victoria militar y no tenía prisa en formar un auténtico gobierno.

También recuerda a la Dictadura la voluntad de que dichos organismos no tengan carácter político y el «arbitrismo».

[10]​ Puesto que Franco era la instancia suprema para todos los temas, todos los organismos debían enviar a la Secretaría General del Jefe del Estado los antecedentes de los asuntos que debieran ser aprobados por el Caudillo para «facilitar al jefe del Estado su despacho y conocimiento».

[11]​ El presidente fue en todo momento un militar, decisión que marcaba una clara tendencia de Franco a apoyarse políticamente en subordinados suyos.

El elegido inicialmente fue Fidel Dávila, general de brigada que, al mismo tiempo, fue nombrado jefe del Estado Mayor.

[17]​ Estaba principalmente compuesta por militares, si bien fue presidida por Andrés Amado, un monárquico alfonsino cuya experiencia dotaba al órgano de un carácter algo más político.

[19]​ Se trataba de un experto en finanzas que había colaborado con Calvo Sotelo durante la dictadura.

Sin embargo, el caudillo insistió en la necesidad de mantener alto su valor.

Aunque su doctrina fuera heterodoxa desde el punto de vista económico, la decisión de Franco resultó políticamente oportuna, pues contribuyó a que los precios se mantuvieran estables durante todo el período.

[22]​ Su principal cometido era revisar la legislación entonces vigente para eliminar aquella que se juzgara incompatible con el «Nuevo Estado».

También debía facilitar una transición desde el absoluto imperio de la jurisdicción militar a otra ordinaria.

En cuestiones económicas era de ideas liberales y se oponía al intervencionismo estatal.

[22]​ Según la Ley Presidida por Mauro Serret, estaba compuesta por ingenieros funcionarios del Estado, por lo que tampoco tenía un perfil político.

Eran vocales Eugenio Montes, Vegas Latapié, Mariano Puigdollers y Alfonso García Valdecasas.

Ya en el otoño de 1936 se vivía una contrarrevolución cultural sin parangón en la Europa del siglo XX.

Esta restauración moral impulsó un espíritu de disciplina, unidad y sacrificio muy útil para la guerra.

[35]​ No obstante, la política «restauracionista» fue aplicada de forma mucho más moderada a como lo sería posteriormente.

Sin embargo la Junta no llegó nunca a tomar una decisión al respecto.

[26]​ Otras veces se percibe en sus decisiones un tono cuartelero y arbitrista que recuerda al de la Dictadura.

[37]​ Todas las normas jurídicas —leyes, decretos-leyes, decretos, órdenes y hasta circulares— debían ser aprobadas por Franco.

Como su predecesor, este había combatido en Cuba y en Marruecos, donde llegó a desempeñar la jefatura del Estado Mayor del Ejército de África, tuvo un papel decisivo en las negociaciones con Francia y fue alto comisario.

[18]​ De ideas monárquicas, era considerado liberal en aquel contexto, principalmente porque su edad y formación le alejaban notablemente del fascismo.

[43]​[42]​[44]​ Aunque Franco tardó en poner en práctica el consejo, ya desde octubre anunció la próxima formación de un gobierno.

Al mes siguiente, aprovechando la batalla de Brunete, los alemanes consiguieron algunas ventajas económicas.

Este volvió a rechazar una autorización en bloque aunque prometió estudiar individualmente cada caso.

[52]​ La Junta Técnica no tuvo participación directa en la represión más violenta, que fue realizada por las Fuerzas Armadas y supervisada directamente por Franco en su condición de comandante en jefe de las mismas.

Contra la resolución que ponía fin al procedimiento no cabía interponer recurso alguno ante los tribunales de justicia.

Franco era la instancia suprema y todas las propuestas debían remitirse a su Secretaría general .
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Moneda de 25 céntimos de 1937 con los nuevos lemas y símbolos.
La reclamación de concesiones mineras suscitó tensiones con la Alemania de Hitler pese a la estrecha alianza existente.