[1] Le correspondió llevar a cabo una labor de urgencia represiva y organizadora.
La primera finalidad la consigue con la constitución de este gobierno, contrapeso eficaz del partido y más fuerte que él.
[7] En este gobierno aparece "una distribución que equilibraba el peso de los que serán permanentes suministradores de alto personal político y administrativo":[8] el Ejército (Jordana, Dávila, Martínez Anido), la Falange histórica (Fernández-Cuesta), la Falange nueva (Serrano, González Bueno), los tradicionalistas (Rodezno), los monárquicos (Amado), Acción Española (Sainz Rodríguez) y los técnicos (Suances, Peña Boeuf).
"Cada uno de esos sectores controlaba las áreas que les resultaban más próximas o queridas: los ministerios militares y de orden público para los militares; el movimiento sindical y los ministerios sociales, para los falangistas; los económicos, para hombres técnicos, abogados, juristas o ingenieros; y la educación y la justicia para los católicos, tradicionalistas o ex miembros de Acción Española".
[9] Por otro lado en este primer gobierno del general Franco "sorprende el muy escaso peso de falangistas y carlistas.
(...) La única verdadera coincidencia de estos hombres era en su conservadurismo tradicional, en su derechismo reaccionario".
Ejercerá, además, todas las funciones que en ella delegue la Presidencia.