En él, sólo había dos viejos falangistas: Yagüe, militar, y Sánchez Mazas, de tendencia monárquica.
Aunque para Serrano este gobierno se distinguió por su tendencia a la unidad falangista, para Ricardo de la Cierva esta apreciación no es cierta, ya que el general Franco en todos sus gobiernos siempre quiso reflejar el conjunto de tendencias políticas que se habían integrado en su régimen desde el inicio de la Guerra Civil.
[5] Franco suprimió el cargo de Vicepresidente, como subrayando que una vez terminada la guerra podía desempeñar directamente la presidencia, tal como sucedería hasta 1973.
Entre sus integrantes destacaban: El Ministerio de Defensa quedó desdoblado en tres ministerios militares: Según Paul Preston, el cambio de gobierno respondió a la «cambiante situación internacional».
Así los dos cambios más significativos fueron la sustitución del anglófilo Gómez Jordana por el entonces ferviente defensor del Eje coronel Juan Beigbeder, que «compartía los sueños marroquíes de Franco», y la entrada en el gabinete del general falangista Juan Yagüe, que había acompañado a la Legión Cóndor en su viaje de regreso a Berlín y que durante su estancia de dos meses en Alemania había desarrollado «una irrefrenable admiración por la política social nazi, por la Wehrmacht y aún más por la Luftwaffe».