[12][13] «Debemos realizar la tarea, necesariamente lenta, de redención y pacificación, sin la cual la ocupación militar sería totalmente inútil.
[14] «Un vasto programa de ingeniería social fue así lanzado, consistiendo en triturar la anti-España y en formar una nueva sociedad...
Estas penas se complementaban con las sanciones económicas que iban desde multas hasta la confiscación de bienes.
[23] «El primer artículo de la ley es suficientemente ilustrativo del extraordinario alcance punitivo que se otorgaba a su aplicación», ya que «prácticamente cualquier conducta heterodoxa podría caer en el ámbito de una política represiva», ha señalado Julio Gil Pecharromán:[32]
[33] La persecución contra la masonería había comenzado nada más iniciarse la guerra y al acabar esta se creó el Servicio de Información especial antimasónico, cuyos agentes durante muchos años entregaron al general Franco informes y documentos secretos.
«A los ojos del régimen, esta medida era necesaria para la construcción de un nuevo sistema educativo basado en un catolicismo antiliberal y antimoderno, cuyas orientaciones científicas son definidas por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas recién creado», ha indicado Gutmaro Gómez Bravo.
Su estancia coincidió con el consejo de guerra sumarísimo contra destacados líderes republicanos refugiados en Francia que habían sido entregados a Franco por la Gestapo (Julián Zugazagoitia, Francisco Cruz Salido, Teodomiro Menéndez, Cipriano Rivas Cherif, Carlos Montilla Escudero y Miguel Salvador); excepto uno, Menéndez, todos fueron condenados a muerte; una semana antes había sido condenado y ejecutado Lluís Companys y el 9 de noviembre fue el turno de Julián Zugazagoitia.
[23] «Proyectar la culpa exclusivamente sobre los republicanos vencidos liberaba a los vencedores de la más mínima sospecha.
El supuesto sufrimiento colectivo dejaba paso al castigo de solo una parte», ha indicado Julián Casanova.
[40] En noviembre de 1938 el general Franco había declarado en una entrevista al diario Daily Express que «los criminales [los republicanos] y las víctimas no pueden vivir juntos».
[55] «Participaron en la procesión el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, los sindicatos e incluso unidades del ejército regular.
Pasó en efecto largo tiempo desde aquella contienda, cuando en mi opinión, una vez concluida, debió darse un tratamiento más digno y generoso a los vencidos».
[70] La prensa se convirtió en un instrumento de propaganda al servicio del Estado, ha indicado Manuel Peña.
[87] Por su parte la Iglesia católica contaba con emisoras locales aunque tardaría en integrarlas a nivel nacional pues hasta 1959 no nació la Cadena de Ondas Populares Españolas (COPE).
[98] En 1942 se creó el NO-DO, un noticiero propagandístico cuya proyección era obligada en todos los cines, antes de las películas.
[151] Así, la política autárquica se basaría en un proteccionismo a ultranza y en una limitación de las importaciones, que quedarían bajo el férreo control del Estado.
[165][166] En la Conferencia de Potsdam que reunió a las tres potencias vencedoras en la ll Guerra Mundial (Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética) se trató la «cuestión española» y el 2 de agosto se hizo pública una declaración que decía:[167][166]
En el articulado se establecían los supuestos en los que se aplicaría la pena de muerte a los «malhechores» —o «bandidos»—, que no solo incluía el haber matado a alguien, sino también esgrimir «un arma de guerra» o detener «viajeros en despoblado».
[193][194] Aunque la vuelta a muchos aspectos de la vida religiosa ya se había producido durante la guerra civil y la inmediata posguerra (por ejemplo, las leyes republicanas sobre el matrimonio civil y sobre el divorcio fueron abolidas en 1941),[193] fue sobre todo a partir de 1945 cuando los ritos religiosos se introdujeron en todos los aspectos de la vida, tanto pública como privada.
Este mensaje no se hizo público en España, donde la prensa lanzó una campaña contra «el pretendiente».
[227][232][233] Por otro lado, la Falange no vio con buenos ojos la Ley de Sucesión, ya que en ella predominaban los sentimientos antiborbónicos o prorrepublicanos y la consideraban una concesión a los sectores conservadores.
[250][174] Los comunistas abandonaron la guerrilla por completo en 1952, mientras que los anarquistas aún llevarían a cabo acciones esporádicas hasta 1963.
Por sorprendente que pueda parecer, en la perspectiva de hoy las más allanables fueron desde el primer momento las relacionadas con su aceptación internacional.
Durante los días siguientes se aplicaron medidas de fuerza y los trabajadores volvieron a sus ocupaciones.
La entrada en esta última institución fue contestada por destacados intelectuales que consideraban un «escándalo» que se admitiera a un régimen nacido del fascismo y algunos de ellos dejaron de colaborar con la entidad, como Albert Camus, Pau Casals o Richard Wright.
Uno de sus mayores logros fue la rehabilitación oficiosa del filósofo José Ortega y Gasset, que volvió a España desde el exilio.
Totalitarian Rule of Franco Opposed by Majority in University Questionnaire» ('Estudiantes en España denuncian al régimen.
[308][309][310] Fueron detenidos en una primera ronda Enrique Múgica Herzog, Javier Pradera, Dionisio Ridruejo, Ramón Tamames, José María Ruiz Gallardón, Gabriel Elorriaga y Miguel Sánchez Mazas.
Tan solo la cooperación militar francesa, motivada por sus propios intereses en Argelia, sirvió para cambiar el signo del enfrentamiento», ha afirmado Sesma.
En octubre la Academia Sueca anunciaba la concesión del Premio Nobel de Literatura al escritor exiliado republicano Juan Ramón Jiménez (ejemplares de su obra más conocida, Platero y yo, habían sido lanzados a la hoguera en Madrid en 1939), en lugar de Ramón Menéndez Pidal el candidato auspiciado por el régimen, que había movilizado todos los recursos a su alcance para conseguirlo y para impedir que el premiado fuera Juan Ramón Jiménez.