Nacionalcatolicismo

Se atribuye al canónigo sevillano José María González Ruiz la invención del término cuando en una entrevista de una revista francesa hizo un juego de palabras irónico entre nacionalsindicalismo, la ideología oficial del régimen franquista, y el nacionalsocialismo alemán.

[2]​ Por su parte, A. Botti considera que el término debió ser acuñado durante la guerra civil española por los «ideólogos del falangismo católico», pero reconoce que su origen «queda todavía impreciso y su empleo es muy parco hasta principios de los años sesenta».

[3]​ En el caso de la dictadura franquista, lo que se trató de conseguir no fue «únicamente una identificación entre catolicismo y nación española», sino que se pretendió «establecer una identidad entre religión católica y un régimen político concreto, interpretando que sólo el franquismo encarnaba la nación española, excluyendo a quienes conformaban la "anti-España"».

Después vendría un largo periodo de decadencia provocada precisamente por la extensión del pensamiento antirreligioso y «antiespañol» que habría comenzado en el siglo XVIII con la Ilustración.

Muchos de los obispos supervivientes se dejaron ver levantando el brazo en saludo falangista, para mostrar su apoyo a Franco.

El golpe de Estado que da lugar a la Guerra Civil, llamado Alzamiento Nacional por los sublevados, se había convertido en una «cruzada», y Franco, «hombre providencial», en el nuevo don Pelayo.

Se erigieron templos característicos, sirviendo como ejemplo la Basílica del Valle de los Caídos.

Las costumbres y la moral tradicionales no sobrevivirán a la transformación de la sociedad preindustrial.

Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia católica se aleja progresivamente del franquismo.

Obispos como Vicente Enrique y Tarancón dirigen un proceso que acabará con una cárcel especial para sacerdotes opositores al régimen en Zamora, que llegó a albergar a ciento veinte clérigos,[15]​ y un obispo nacionalista vasco (Antonio Añoveros Ataún) prácticamente declarado persona non grata.

No obstante, seguía habiendo grupos ultracatólicos, con presencia de obispos como Guerra Campos, a los que puede englobarse en lo que dio en llamarse el búnker (los sectores más recalcitrantes del franquismo) con la Confederación Nacional de Excombatientes y la parte más inmovilista del Movimiento Nacional que intenta impedir la transición a la democracia tras la muerte de Franco.

[19]​ Otros países en Europa Central y Oriental tuvieron otros movimientos similares de inspiración franquista que combinaban catolicismo con nacionalismo, como fue el caso de Austria, Polonia, Lituania y Eslovaquia.

[20]​ En la Argentina, su principal medio de propaganda fue la revista Cabildo, actualmente dirigida por Antonio Caponnetto,[21]​ con una marcada línea editorial xenófoba y antisemita.

MAN) fundado por el periodista y político, separado del partido socialcristiano de orígenes falangistas COPEI, Don Germán Borregales.

Asesinato del inquisidor Pedro de Arbués (1664), por Murillo (originalmente en la Capilla de la Inquisición, Sevilla . Actualmente en el Museo del Hermitage , San Petersburgo ). Arbués fue asesinado en 1485 en la Catedral de Zaragoza ( España ) por un grupo de judeoconversos , un crimen que horrorizó a la población y que reafirmó la fe católica de la Monarquía Hispánica frente a otras confesiones como el judaísmo .
Monjes combatiendo durante el Sitio de Zaragoza (1808) en la Invasión Francesa de España . La oposición a los franceses fraguó un fuerte espíritu nacional en la población. Igualmente, desde el clero se animaba a la defensa de la nación frente a los intereses de Napoleón , a quien se consideraba como un anticristo .
Propaganda del Bando Nacional de finales de la Guerra civil española , entendiendo el conflicto como una cruzada .
Pancarta durante la ceremonia de beatificación de 2007 en Roma de mártires españoles de la Guerra Civil .