Isidro Gomá
Fue elevado a la mitra de Tarazona en 1927, cuando las relaciones entre la dictadura del general Primo de Rivera y el clero catalán estaban sometidas a duras pruebas.[1] Pese a lo difícil del momento, en el desempeño de su tarea contó con el beneplácito de extensos círculos del moderantismo republicano, pero sin que su inalterable acatamiento al poder legítimamente constituido impidiera una enérgica repulsa contra cualquier injerencia o extralimitación de la potestad civil en el campo eclesiástico.Mérito suyo, entre otros, es haber difundido ampliamente en España la lectura del Nuevo Testamento, sobre todo los Evangelios concordados; e inspirar la revista Ecclesia, que fue puesta en marcha por el presbítero Zacarías de Vizcarra.[5] Poco después del comienzo de la guerra (1936), este mismo cardenal se refirió al conflicto como una lucha entre:Tuvo especial predilección por el carlismo, movimiento tradicionalista y contrarrevolucionario por antonomasia en España, escribiéndole al Cardenal Pacelli, futuro papa Pío XII: En enero de 1937, en su Respuesta obligada: Carta abierta AL Sr. D. José Antonio Aguirre[7] dice:De hecho, no hay acto ninguno religioso de orden social en las regiones ocupadas por los rojos; en las tuteladas por el ejército nacional la vida religiosa ha cobrado nuevo vigor...