Tras la independencia de Marruecos éste buscaba aunar, bajo su soberanía, al cómputo de territorios sobre los que se consideraba legítimamente soberano, embarcándose en los conflictos armados contra Francia y España en esta guerra, en la Revuelta del Rif (1958-1959) y en la Guerra contra Argelia (1963-1964).
[15] Desde dicha postura España se limitó a declarar el autogobierno de la zona bajo soberanía española, permitiendo sólo la retrocesión a la soberanía directa del Gobierno marroquí del norte del país, lo que implicaba dejar la zona sur de Cabo Juby e Ifni fuera de lo concernido por el acuerdo para la independencia.
El Jefe del Estado, Francisco Franco, aseguró -a raíz de la declaración del sultán- que España daría al nuevo Gobierno independiente marroquí las facilidades y asistencias necesarias para que los dos supuestos de unidad y libertad soberana se lograran plenamente.
[17] Esta alusión a los tratados internacionales podría presuponer para España que el territorio de Ifni no quedaba concernido, pues –como se argumentó años después– contaba con un estatuto diferenciado, ya que Marruecos había reconocido en distintos tratados la cesión del enclave.
[17] Varias cuestiones quedaban pendientes de un trato exhaustivo, como era, también, el futuro próximo de Cabo Juby o Tarfaya, zona a la que no se hacía referencia alguna en la declaración tratada, no siendo tampoco retrocedida a la soberanía del sultanato marroquí al tiempo que la zona norte.
[18] Los incidentes ocurridos durante estas fechas en la zona fueron también respondidos por parte del sultán, quien hizo llegar al Gobierno español un mensaje donde expresaba su “profundo sentimiento” por lo sucedido en Ifni, así como por las muertes de españoles que ello había acarreado.
[19] El hecho de que España se negase a efectuar una descolonización completa de los territorios reclamados por el Marruecos independiente cambió la actitud inicialmente favorable del partido del Istiqlal hacia este país.
[19] Defender la unidad prometida hasta alcanzarla se convirtió en el principal propósito del partido del Istiqlal, a pesar de lo que todo ello comportase (como fue el hecho de que su relación con España se viese quebrada).
[19] Próximo a la política española, se había mostrado partidario de una negociación tripartita que finalmente no tuvo lugar.
[19] Los desplazamientos que llevó a cabo Allal El Fassi durante la etapa final de los acuerdos entre el monarca y las autoridades protectoras constatan su distancia del escenario en que se desarrollaron los acontecimientos decisivos y su cercanía a las autoridades españolas.
[20] Finalmente, y desde Tánger, viajó a Rabat, ciudad en la que se entrevistó con Mohamed V el 26 de marzo.
[21] Tal y como se recogió en un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores español una década más tarde, el partido del Istiqlal, con respecto a la zona de Ifni, jugó un doble papel.
Por otro lado, conjugó esta actitud con una actividad al margen de los dictados del Gobierno, encaminada a mantener una postura ultra-nacionalista reivindicando Ifni y espoleando al Ejército de Liberación en sus movimientos contra las autoridades españolas del enclave.
[21] En esas fechas, el ambiente era ya especialmente tenso, observándose cómo en la mezquita principal del enclave ondeaba, en todo momento, la bandera marroquí.
[22] Esta nota fue respondida por el ministerio marroquí de la siguiente forma: El Gobierno español, tras observar que la reivindicación del enclave se estaba oficializando, consideró necesario llevar a cabo un estudio jurídico a fondo para estar preparado para un debate bilateral.
[24] Todo ello acabó comportando, a su vez, una intensa actividad diplomática por parte de ambos bandos.
[25] Los acontecimientos fueron adquiriendo una velocidad cada vez más peligrosa, produciéndose incursiones del Ejército de Liberación en la localidad fronteriza de Tiliuín, tiroteos con soldados españoles, y reproches mutuos en notas verbales cada vez más frecuentes.
La guarnición española, ante el curso de los acontecimientos, se vio obligada a replegarse en la capital del territorio, siendo ésta la conocida como Sidi Ifni.
[25] El ataque que ejerció el ejército marroquí contra la capital no resultó efectivo; sin embargo, los realizados en Tamucha, Tabelcut, Hameiduch y Bifurna sí lo fueron, ya que todos estos territorios pasaron a estar dominados por las tropas marroquíes tras sus primeras ofensivas.
[28] Tanto Hameiduch –al mando del sargento Osorio Ramírez– como Bifurna cayeron en las mismas fechas.
[33] Sidi Ifni se protege con dos centros de resistencia, así como con organizaciones defensivas que aprovechan las ventajas del terreno.
[34] Diversas operaciones (como las denominadas “Siroco” y “Pegaso”) se sucedieron durante estos meses, acompañándose de un intento de avance hacia el norte, el cual no se logró efectuar debido a las fuertes resistencias marroquíes en los distintos territorios que rodeaban a la capital.
[37] El Teniente general Barroso, ministro del Ejército español, pronunció el 21 de diciembre de ese mismo año un discurso clarificador en lo que respecta a lo hasta aquí nombrado, discurso en el que acusó a las “fuerzas ocultas” y al “comunismo internacional” de estar detrás del ataque a la colonia.
[45] Balafrej se quejó de que el convoy marroquí no hubiese sido informado previamente, pudiendo haber sido orientado hacia otro camino o autorizado a alcanzar Tarfaya por la pista en la que se encontraban para llegar en la fecha dispuesta por el acuerdo de Cintra.
[47] En los últimos encuentros realizados entre ambas figuras el jefe de Gobierno marroquí propuso una nueva oferta, pudiendo ser ésta efectuada si España aceptaba iniciar conversaciones sobre Ifni y cedía, asimismo, los cuarteles del Ejército español en Marruecos.
Marruecos buscaba la unificación territorial y que las tropas españolas fueran evacuadas; España, por su parte, no quiso dialogar sin resolver de forma anterior las cuestiones relativas a Ifni.
[51] La llegada de Hassan II al poder no ayudó a calmar la situación existente entre España y Marruecos.
[54] El 6 de julio de 1963, durante un encuentro entre Hassan II y Franco en Barajas, se selló lo que parecía una nueva cooperación entre ambos países, la cual no llegó a compromiso alguno en lo relativo a las cuestiones territoriales.
[55] Este clima aparentemente cooperativo se mantuvo durante los dos años posteriores al encuentro descrito.
[72] El 3 de julio, el Boletín Oficial del Estado español publicó el decreto del Ministerio de Justicia que recogía las normas para poder optar a la nacionalidad española, según las cuales aquel que quisiera solicitar dicha nacionalidad debía renunciar a la nacionalidad de Marruecos, debiendo ser verificada esta renuncia por las autoridades marroquíes.