Realismo es un término que se utiliza para denominar ciertos movimientos artísticos reactivos contra el romanticismo en literatura (literatura del realismo) o pintura (pintura del realismo) —ambos originados en la Francia de mediados del siglo XIX y continuados en el naturalismo literario y pictórico posterior—; tiene una dimensión genérica que permite identificar un realismo artístico como una postura estética o de teoría del arte que identifica arte y realidad.
Según Ian Watt[7] el realismo moderno "comienza con la posición de que la verdad puede ser descubierta por el individuo a través de los sentidos" que "tiene sus orígenes en Descartes y Locke, y recibe su primera formulación con Thomas Reid a mediados del siglo XVIII.
Se crean, por decirlo así, seres superiores a la naturaleza humana: dioses, semidioses y héroes.
No obstante, al equilibrio clásico del siglo V sucedió el helenismo, donde se buscó la representación del dolor, la voluptuosidad, las anécdotas cotidianas y las edades distintas a la plenitud de la madurez.
La plástica románica, como la bizantina, en una tendencia que había iniciado el arte paleocristiano, busca la estilización de los rasgos en pro de la representación idealizada de santos y cristos hieráticos; mientras que la plástica gótica pretende humanizarlos con representaciones más realistas, que expresan el dolor y la ternura (cristos crucificados, vírgenes con el niño).
Se ha señalado que el Daniel sonriente del pórtico de la Gloria (siglo XII) representa una transición entre ambos extremos.
También coincide con el realismo la perspectiva local y regional (costumbrismo, regionalismo[15]), que en muchos casos se identifica con los movimientos nacionalistas que surgen por toda Europa en el siglo XIX (especialmente el denominado nacionalismo musical).