Feísmo

La poesía satírica, por ejemplo, aborda los aspectos más reprobables del ser humano, pero no para celebrarlos, sino para ridiculizarlos.

La opción por el feísmo puede ser también una protesta no contra la sociedad, sino contra lo absurdo e injusto de la existencia en general desde un punto de vista filosófico o religioso.

La orientación edificante de este tipo de feísmo sigue los parámetros señalados por Nietzsche: Por último, algunos artistas utilizan el feísmo para agredir la sensibilidad del público, al que consideran demasiado autocomplaciente y convencional y cuyo criterio estético desprecian.

El decadentismo posterior explora toda esta temática, que encontramos también por ejemplo en algunos poemas de Manuel Machado.

Cuando la exhibición de atrocidades se produce sin pretensiones artísticas ni morales abandona el territorio del arte propiamente dicho, aunque el espectáculo que se ofrece puede seguir resultando atractivo para aquellos que hallan en él un placer sádico o buscan emociones fuertes.