Novela realista
Los máximos exponentes del realismo español serán Benito Pérez Galdós y Leopoldo Alas «Clarín».En España, la corriente realista tendrá importantes repercusiones en novelistas posteriores pertenecientes a la Generación del 98, como Pío Baroja, Azorín, Ramiro de Maeztu, etc. Algunos estudiosos incluyen también en este grupo a Vicente Blasco Ibáñez.Todos estos elementos serán manejados con gran soltura, y más o menos estilizadamente, por autores como Pedro Antonio de Alarcón, Fernán Caballero, José María de Pereda o Emilia Pardo Bazán.Lo dicho anteriormente tendrá importantes repercusiones a la hora de diseñar el personaje principal o protagonista.Con frecuencia se sospecha la desgana, la contradicción intelectual, y aun el maniqueísmo moral en el novelista.Si pensamos en la gran novela europea, ya plenamente desarrollada por esos mismos años, lo primero que se nos viene a la cabeza es precisamente la figura del protagonista principal.Sea cual sea la catadura moral con la que fue concebido, siempre reúne rasgos ejemplares, modélicos, sus proporciones gigantescas –en lo bueno o en lo malo- aún hoy nos siguen abrumando: los ‘Rastignac’, ‘Raskolnikov’, ‘Pierre Bezujov’, ‘Julian Sorel’, ‘Emma Bovary’, ‘Nana’, ‘Oliver Twist’... A sus autores, meros vehículos de su grandeza, evidentemente, no se les traslucía prejuicio alguno contra ellos.Tuvieron gran peso en España los escritores Dostoievski, Gogol, Iván Turgenev, y en especial Tolstói, ya a finales de siglo.El ámbito rural, el mundo aristocrático y la vida provinciana, por cuanto, hasta Galdós, no existen en España escritores urbanitas al 100%, del estilo de Balzac, Dickens o Dostoievski.