Nacido en Elberfeld, en 1900, su padre, también artista de la piedra, le inculcó una primera inclinación por el arte.
Su gusto por la arquitectura le llevó a dejar atrás su experiencia parisina.
Caminando por la ciudad, observó el David de Miguel Ángel, lo cual supuso para él, en sus propias palabras, «como una llamada cósmica, como una orden, ocultismo puro» a dedicarse a una escultura realista y armoniosa.
Hasta 1945, esculpió para plazas y avenidas de la capital del Tercer Reich.
Algunos rostros conocidos retratados por este escultor son Salvador Dalí, Ezra Pound, la atleta Ulrike Meyfarth y el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza.