El término también se utiliza como constructivismo internacional para referirse a las corrientes relacionadas con este estilo arquitectónico fuera de la Unión Soviética.
Abstracto y austero, el movimiento pretendía reflejar la sociedad industrial y el espacio urbano modernos, rechazando la estilización decorativa en favor del ensamblaje industrial de los materiales.
[1] Los diseños combinaban una tecnología e ingeniería avanzadas con un propósito social declaradamente comunista.
[2] Los arquitectos soviéticos se dividieron en varios grupos que eran mutuamente hostiles entre sí.
Los más importantes fueron los grupos constructivistas (OSA) y los racionalistas (ASNOVA), así como los clasicistas.