El término también se utiliza como constructivismo internacional para referirse a las corrientes relacionadas con este estilo arquitectónico fuera de la Unión Soviética.
[1] Los diseños combinaban una tecnología e ingeniería avanzadas con un propósito social declaradamente comunista.
[2] Los arquitectos soviéticos se dividieron en varios grupos que eran mutuamente hostiles entre sí.
El arte constructivista había intentado aplicar una visión cubista tridimensional a "construcciones" no objetivas totalmente abstractas con un elemento cinético.
El material dio paso cada vez más a la exploración constructiva del espacio.
El punto culminante de esta fase fue la propuesta para la sede del Komintern en Petrogrado (hoy San Petersburgo), una obra del entonces futurista Vladímir Tatlin que a menudo se conoce como el Monumento a la Tercera Internacional o Torre de Tatlin (1919-1920).
En su primer año atrajo a unos 30 artistas visuales, arquitectos, músicos y críticos de arte.
UNOVIS logró el reconocimiento y se hizo respetado como un movimiento establecido e influyente.
[17] En el diseño, Mélnikov tuvo un éxito indiscutible, pero en Vjutemás se encontró con un clima menos favorable.
Sin embargo, como ingeniero, no se le puede asignar fácilmente una corriente artístico-arquitectónica.
Por tanto, su obra no puede asignarse directamente a ninguna de las dos corrientes, sino más bien al racionalismo.
El edificio está claramente estructurado funcionalmente, tiene dos ascensores de vidrio, dos paneles muy grandes para mensajes (aunque la realización técnica no se especificaba), que se disponen en ángulo para que los peatones los puedan leer.
Moiséi Guínzburg también escribió una importante obra teórica sobre constructivismo Estilo y época (1924) y fue editor de la revista de OSA Sovreménnaya arjitektura (SA o Arquitectura Contemporánea) hasta 1928, su sucesor fue Román Jíguer (ru).
[…] Este método organizativo también condiciona aquellos aspectos rítmicos por los que se distingue la arquitectura».
Un ejemplo particularmente extravagante fue el 'Pueblo Chekistas' en Sverdlovsk (ahora Ekaterimburgo) diseñado por Iván Antónov, Veniamín Sokolov y Arseni Tumbásov, un complejo de viviendas colectivas en forma de hoz y martillo para el personal del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (NKVD), que actualmente funciona como hotel.
También hubo proyectos para rascacielos suprematistas llamados 'planits' o 'architektons' por Kasimir Malévich, Lázar Jidékel —Cosmic Habitats (1921-1922), Architectons (1922-1927), Workers Club (1926), Communal Dwelling (Коммунальное Жилище) (1927)— y A. Nikolski y L. Jidékel, Instituto Cooperativo de Moscú (1929).
[34] Muchos de los constructivistas esperaban ver sus ambiciones realizadas durante la «Revolución Cultural» que acompañó al Primer Plan Quinquenal (1928-1932).
La ciudad lineal fue promocionada por el director del comisariado de finanzas Nikolái Miliutin en su libro Sozgorod, también conocido Sotsgorod (1930).
Eso fue llevado a un nivel más extremo por el teórico de OSA Mijaíl Ojitóvich (en).
Los apartamentos dúplex y las instalaciones colectivas del grupo OSA fueron una gran influencia para él que se reflejará en su obra posterior.
Otro famoso modernista, Erich Mendelsohn, diseñó la fábrica textil Bandera Roja de Leningrado y popularizó el constructivismo con su libro Russland, Europa, Amerika.
Un proyecto del Plan Quinquenal con importantes aportes constructivistas fue la Estación Hidroeléctrica Dniéper (DneproGES), diseñada por Victor Vesninet y otros.
Durante unos pocos años, algunos edificios se diseñaron en un estilo compuesto a veces llamado posconstructivismo.
Los hermanos Vesnín e Iván Leonídov participaron en un concurso para el proyecto Narkomtiazhprom en la Plaza Roja de 1934, claramente con una propuesta modernista, otro edificio estalinista sin construir.
El principal punto de controversia sigue siendo si la vanguardia falleció por su propio desarrollo o por la represión política.
Los arquitectos Mart Stam, Walter Gropius, Erich Mendelsohn y Le Corbusier fueron especialmente relevantes en ello; La concepción arquitectónica de Hannes Meyer muestra claros paralelos con el constructivismo.
En el proceso, los fuertes contrastes entre constructivismo y racionalismo se disolvieron parcialmente.
El historiador de arte y arquitectura Selim Jan-Magomédov, realizó extensos estudios sobre la operación constructivista.
En 2007, el Museo de Arte Moderno presentó la exposición «Lost Vanguard: Soviet Modernist Architecture, 1922–32 Photographs by Richard Pare», que mostraba obras de la vanguardia soviética en arquitectura en fotografías contemporáneas del fotógrafo Richard Pare.
Fuera de la URSS, el constructivismo a menudo se ha visto como una alternativa, un modernismo más radical, y su legado se puede ver en diseñadores tan diversos como Team 10, Archigram y Kenzo Tange, así como en gran parte del trabajo brutalista.