Sin embargo, después de la conquista musulmana del Levante en el siglo VII, el término Iglesia oriental se empezó a utilizar cada vez más para referirse a la Iglesia griega centrada en Constantinopla, en contraste con la Iglesia latina (occidental), centrada en Roma, que utiliza los ritos litúrgicos latinos.
Desde la Reforma protestante del siglo XVI, el término «cristianismo oriental» puede utilizarse en contraste con «cristianismo occidental», que incluye no solo a la Iglesia latina sino también formas de protestantismo y catolicismo independiente.
[6] Algunas iglesias orientales tienen más en común histórica y teológicamente con el cristianismo occidental que entre sí.
La expansión del nestorianismo por Asia oriental fue muy precoz (ver Sūtras de Jesús).
Gran parte del cristianismo primitivo como movimiento clandestino no tenía iglesias abiertas o establecidas, ya que muchos de los primeros cristianos asistían a la sinagoga y a reuniones de oración en sus hogares y otros lugares secretos.
Mateo fue el santo patrón de Italia, aunque la tradición ortodoxa lo considera martirizado en Etiopía.
Hubo otras comunidades establecidas por cristianos que no fueron los apóstoles originales.
Las conquistas islámicas de Alejandría, Jerusalén y Antioquía en el siglo VII dejaron a Constantinopla como la única autoridad práctica en Oriente.
El cristianismo oriental ha desarrollado gran cantidad de estructuras y manifestaciones.
Durante la Edad Media, Bizancio no pudo imponer la unidad religiosa ni uniformizar las manifestaciones religiosas de su ámbito cultural de forma tan clara como pudo hacerlo el papa en el suyo.
Hubo un intento que no prosperó por restaurar la unidad en el Segundo Concilio de Lyon (1274).
Las Iglesias orientales que no están en plena comunión[14] con Roma son "autocéfalas" (tienen su "propia cabeza"), y sus máximos dirigentes llevan el título de patriarca o de catholicos.
Otras, por ejemplo la Iglesia maronita, aseguran nunca haber quedado fuera de la comunión plena con Roma.
En las iglesias eslavas se celebran los sobor, similares a los sínodos occidentales, denominados también concilios.