[2] Los cinco obispos que tendrían esa autoridad colegial eran (según una orden fija de honor):[3][4] La idea de pentarquía se puede encontrar por primera vez en forma sólidamente expresada en las leyes del emperador Justiniano I (527-565), especialmente en su Novella 113.
El papa Sergio I, de origen sirio, rechazó estos cánones "novedosos" y se negó a firmarlos.
El emperador Justiniano II ordenó su arresto y reclusión en Constantinopla, para lo cual envió al violento protospatario Zacarías.
Los legados papales negaron, a su llegada a Constantinopla, el título de ecuménico al Patriarca Miguel I Cerulario y, además, pusieron en duda la legitimidad de su elevación al patriarcado.
Alegaba que, en el momento de la excomunión, León IX había muerto y por lo tanto el acto excomunicatorio del cardenal de Silva no habría tenido validez; añade también que se excomulgaron individuos, no Iglesias.
Todos estos cambios históricos y políticos hicieron que la idea original de cinco grandes centros que cooperaran para administrar toda la Iglesia cristiana se fuera alejando de las posibilidades reales.