La plena comunión no supone necesariamente la integración administrativa entre las Iglesias afectadas.
Un concepto relacionado, pero más amplio es el ecumenismo, que consiste en el mantenimiento de relaciones entre Iglesias y, ocasionalmente, la celebración de algunas ceremonias conjuntas.
Sin embargo, ya en tiempos de San Pablo se iniciaron movimientos cismáticos (1 Cor 1:10-12).
Entre los hitos históricos que supusieron la división de la Iglesia se cuentan el Cisma de Oriente y la Reforma Protestante, entre otros.
Actualmente, se consideran en plena comunión entre ellos, los grupos de iglesias siguientes: Fuera de esta clasificación se encuentran algunas iglesias ortodoxas llamadas no canónicas, algunas formas de protestantismo, como los discípulos de Cristo y los cuáqueros, así como ciertas confesiones religiosas surgidas a partir del cristianismo pero que no admiten o bien reinterpretan el dogma de la Santísima Trinidad, como los unitarios, los Testigos de Jehová y los mormones.