[7] El catolicismo independiente puede considerarse parte del movimiento sacramental independiente más amplio, en el que clero y laicos de diversas tradiciones religiosas—incluyendo la iglesia ortodoxa, la comunión anglicana y varias iglesias cristianas no católicas—se han separado de las instituciones con las que se identificaban previamente.
Por su parte, Gul creía, incorrectamente, que Mathew tenía muchos seguidores en el Reino Unido.
[11] Mathew posteriormente consagró a varios otros obispos que se distribuyeron por Inglaterra y América del Norte.
Se le atribuye a Joseph René Vilatte (1854-1929),[10] sacerdote católico antiguo ordenado por el obispo Eduard Herzog (1841-1924) de la Iglesia católica antigua en Suiza,[13] ser la primera persona en llevar el movimiento que daría como resultado el catolicismo independiente a América del Norte.
Es conocido como «san Carlos de Brasil» por la Iglesia católica apostólica brasileña, que había crecido a 560.781 miembros para 2010.
Prácticamente todos los miembros del movimiento católico independiente poseen «un profundo compromiso con la tradición sacramental católica (en el sentido más amplio posible)»,[20] y rinden culto de acuerdo con una liturgia prescrita, usualmente derivada de un rito cristiano predominante (por ejemplo, el Rito romano) .
Plummer sugiere que «el factor más crítico para la identidad sacramental independiente es el enfoque decidido en la actividad sacramental [y que] muy pocas comunidades independientes ofrecen horas de café, escuelas dominicales o la variedad de otros programas sociales que han llegado a caracterizar a muchas comunidades iglesias mayoritarias».
[23] Al respecto, Julie Byrne comenta que: «Los independientes varían ampliamente, desde la derecha hasta la izquierda en el espectro político.
En la derecha, las iglesias tradicionalistas practican versiones del catolicismo más conservadoras que las de Roma.
[25] Plummer afirma que: «Los cristianos sacramentales independientes le han dado una primacía única al sacerdocio, llevando el 'sacerdocio de todos los creyentes' a un nivel nunca antes imaginado.
[31] Al interior del movimiento del catolicismo independiente, las perspectivas varían ampliamente sobre asuntos tales como la ordenación de mujeres, la homosexualidad, el divorcio, objeciones de conciencia y otros asuntos que son también controvertidos en otras iglesias católicas y cristianas mayoritarias.
[33] Plummer sugiere la siguiente categorización de comunidades católicas independientes: clérigos que celebran principalmente solos, tradicionalistas con compromisos teológicos conservadores, iglesias que mantienen la liturgia tradicional pero con una perspectiva social o teológica diferente (p.
[25] Algunos teólogos afirman que esta perspectiva es mecánica y reduccionista, y que la consagración episcopal es para el servicio al interior de una comunidad cristiana específica; desde esta perspectiva, la consagración u ordenación de un individuo sin referencia a una comunidad queda sin efecto.
El clero católico independiente rechaza esta perspectiva, argumentando que los obispos son consagrados, y los sacerdotes y diáconos ordenados, para el servicio a los otros, sean de una comunidad o jurisdicción definida, o de un grupo definido más ampliamente.
Si bien no se ha emitido ninguna declaración explícita acerca de la validez o invalidez de las consagraciones y ordenaciones realizadas en el movimiento católico independiente, la Iglesia católica suspendió al arzobispo católico Pierre Martin Ngo Dihn Thuc, quien se había excomulgado a sí mismo a propósito por sus acciones latae sententiae de consagrar a otros obispos y ordenar sacerdotes a quienes la Iglesia Católica no reconocerá.
Plummer señala que: «Muchos obispos independientes han sido consagrados múltiples veces, en un esfuerzo por garantizar validez sacramental y consolidar las pretensiones de episcopado histórico.
[42] Muchos clérigos católicos independientes y sus comunidades son «aquellos que se han sentido excluidos de las iglesias litúrgicas principales debido a su género, sexualidad, raza, cultura, estilo de culto [...] o teología».
En el caso de mujeres y personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénero, existe una inversión redentora en la cual aquellos a quienes se les ha negado un rol público en la vida sacramental de la iglesia han asumido el lugar previamente prohibido en el altar.
Personas de grupos minoritarios étnicos o culturales a quienes se ha negado posiciones de liderazgo, o que sienten que su cultura ha sido reprimida, pueden trabajar para integrar más plenamente su identidad cultural y su fe [...].
[45] Plummer señala que: «Muchos clérigos independientes, acaso la mayoría, al menos en teoría se suscriben a una teología católica/ortodoxa/anglicana bastante estándar, con pocos distintivos más allá, por ejemplo, del rechazo al dogma de la infalibilidad papal.
La mayoría de ellos pasó muchos años dentro de tales jurisdicciones principales [y ahora como clérigos católicos independientes] a menudo han gastado una gran energía en parecer 'reales' e 'iguales a' las iglesias litúrgicas más grandes, con tan solo uno o dos ajustes».
[46] Muchos clérigos católicos independientes están «esencialmente solos en su práctica sacerdotal» [47] y ejercen una vocación primordialmente solitaria, sin que muchos de sus familiares o amigos sepan siquiera de su condición clerical.
Las más de las veces, tales comunidades y sus jurisdicciones se parecen a sus contrapartes católicas.
[38] Plummer ha sugerido que una reflexión teológica sostenida podría finalmente surgir del clero y comunidades con mayor formación teológica o de comunidades más grandes y más estables que han sobrevivido hasta su segunda o tercera generación.
[23] Históricamente, la literatura académica sobre el catolicismo independiente ha sido relativamente escasa y, a menudo, bastante hostil hacia el movimiento.