Historia de la homosexualidad masculina en Argentina
Las sociedades anteriores al siglo XIX tuvieron miradas sobre las relaciones sexuales que no necesariamente se corresponden con la noción moderna de «homosexualidad».Los cronistas españoles informan abundantemente sobre la habitualidad y aceptación social de las relaciones sexuales entre varones en casi todos los pueblos indígenas, que ellos calificaron como sodomía.[3] Diversos testimonios han registrado la normalidad con que eran tratadas las relaciones sexuales entre los hombres guaicurúes del Gran Chaco.En la cerámica mochica son célebre las figuras que representan actividades de sexo anal y oral entre varones.[5] En las áreas yungas, existieron varias sociedades matriarcales, que también consideraban sagradas las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y el uso de vestimentas correspondientes a otro género.Hacia finales del siglo XIX ya existía «una cultura de hombres que se identificaban a sí mismos como 'maricas'» en Buenos Aires.[45][43] En 1931 Jorge Luis Borges publicó en la revista Sur un artículo titulado «Nuestras imposibilidades» en el que se refiere a «los caracteres inmediatamente más afligentes del argentino... de las ciudades».En 1949 se agregó el artículo (sic) «2H» que prohibía «incitarse u ofrecerse al acto carnal en la vía pública».[60] La prensa argentina publicó largas listas de personas famosas a quienes se atribuía participar en las fiestas.Uno de los mencionados fue Roberto Noble, futuro fundador del diario Clarín, quien publicó una declaración negando haber participado en las orgías.[56] Su confesor, el padre Hernán Benítez relata que un obispo le dijo una vez: "-¿No me explico como usted puede defender a esa puta?[71] El sociólogo y activista LGBT+ Juan José Sebrelli la definió como "una especie de Jean Genet femenino".El propio Miguel de Molina en su autobiografía relata cuando una persona del aristocrático Barrio Norte le deseó la muerte por «maricón y peronacho».La ambigüedad de Eva frente a la homosexualidad se refleja en otra anécdota contada por el diseñador, con motivo de haber sido detenido con un amigo en un bar, y al llamarla para que los liberara ella le contestó: “¿Y qué hacen ahí ustedes a estas horas?Más en las sombras se ubicaban la prostitución urbana masculina, el lesbianismo y los lugares públicos utilizados para cruising.[80] A partir de ese momento, la figura del chongo, estará presente en el imaginario gay argentino y en la incipiente literatura LGBT+.[93] En 1958 la dictadura sancionó un decreto facultando a la policía para arrestar personas para identificarlas y eventualmente detenerlas hasta 30 días, dando origen a los llamados «edictos policiales» que criminalizaron situaciones como la homosexualidad y el travestismo, sin que estuviera contemplada defensa alguna.En 1963 realizan Primero yo, cuyo título alternativo fue Machito, sobre un hijo que desea ser bailarín y debe enfrentar la oposición de su padre, donde retrata la comunidad LGBT+ relacionada con las artes y la danza de Buenos Aires, «sin caricatura, sin burla, por primera vez en el cine argentino».[104] En 1964 Ediciones Tirso publicó la novela Asfalto, la segunda escrita por Renato Pellegrini, con prólogo de Manuel Mujica Láinez, primera novela argentina centrada en el amor homosexual entre hombres sin asomo de culpa o patología, en una época en que el tema era tabú, especialmente en América Latina.[97] Destacando la importancia de Asfalto, el crítico estadounidense Herbert Brant sostiene que: En esta época fue escrita también la novela La brasa en la mano, de Oscar Hermes Villordo, aunque solo fue posible publicarla dos décadas después, cuando el país se preparaba para conquistar definitivamente la democracia.[84] Allí estaban también entre otros Rubén Massera, Pepe Bianco, Manuel Puig, Teddy Paz, Juan José Sebrelli y Adelaida Gigli, la única mujer.Entre las personas que integraron el FHL se encontraban también Marino Suárez, Marcelo Benítez, Eduardo Todesca, Néstor Latrónico, Juan Carlos Vidal, Rubén Mettini y Ruth Mary Kelly.[118] Durante el gobierno de Cámpora, la represión policial a los homosexuales prácticamente desapareció, inaugurándose una “primavera” de dos meses en la que hombres homosexuales, lesbianas y trans se manifestaron y fueron recibidos por vez primera por altos funcionarios del Estado, algo impensable apenas unos meses antes.Al menos 400 personas con identidades u orientaciones sexuales LGBT+ fueron detenidas-desaparecidas durante la última dictadura, siendo sometidas por ello a tratos especialmente degradantes e inhumanos.[133] El informe fue silenciado en la prensa argentina, pero fue difundido por algunos medios de comunicación ubicados en Brasil, Francia y Suecia.En abril de 1984, la revista Siete Días puso en tapa a Carlos Jáuregui abrazado románticamente con otro hombre.Diario del SIDA,[145] primera novela sobre la sexualidad BDSM en la Argentina, abordada desde la experiencia homosexual, así como sobre la problemática del sida, llevada al cine con el mismo título en 2005, con dirección de Anahí Berneri y protagonizada por Juan Minujín.[148] En 2003 Buenos Aires se convirtió en la primera ciudad latinoamericana en reconocer legalmente las uniones civiles entre "dos personas con independencia de su sexo u orientación sexual", al sancionar la Ley N.º.[175] Contradictoriamente con aquellas expresiones, diversas publicaciones han llamado la atención sobre manifestaciones homofóbicas del presidente y su equipo.Sostuvo que "en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil.
Relaciones sexuales entre varones en la cerámica mochica.
Representación de las torturas en el
Museo de la Inquisición
de
Lima
, donde eran enviadas para ser juzgadas por
sodomía
, las personas que mantenían relaciones sexuales con personas del mismo sexo y quienes vestían prendas consideradas inadecuadas para su género.
La estatua de Giuseppe Mazzini en la actual
plaza Roma
era el principal lugar de encuentro de los hombres homosexuales de Buenos Aires en la época del Centenario.
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Varias parejas de hombres bailan el tango en el
Río de la Plata
. La relación entre el
tango
, el
lunfardo
y la homosexualidad es uno de los capítulos más destacados de la historia de la homosexualidad masculina en Argentina.
Foto de las carrilches en 1945 en Buenos Aires. En esos años, las "carrilches" organizaban fiestas clandestinas en quintas del conurbano, lejos de la policía. De izquierda a derecha: Jorgelina, Chacha, Sonia la indomable, Malva Solís y sanjuanino. Casamiento de Jorgelina.
Folleto de Frente Liberación Homosexual de diciembre 1972.
Folleto de Frente Liberación Homosexual de enero de 1976.