Lujuria

La lujuria (del latín luxuria «exceso, vida extravagante, profusión; exquisitez»,[1]​ de luxus «abundancia», «exuberancia», «exceso, extravagancia; magnificencia», probablemente un uso figurado del adjetivo luxus, «dislocado», que está relacionado con luctari «luchar, esforzarse»[1]​), en el marco de la moral sexual, es el deseo sexual desordenado e incontrolado.

Así, hay que distinguir el comportamiento sexual humano que puede considerarse delito, según la legislación de distintos países (la violación, la pedofilia, el incesto, el adulterio, la prostitución o la pornografía infantil), de aquellos comportamientos sexuales individuales o colectivos que pueden practicarse legalmente y pueden ser considerados inadecuados o lujuriosos por otros individuos.

Los comportamientos sexuales anteriormente considerados condenables no solamente por las religiones sino también socialmente, comenzaron a considerarse aceptados siempre y cuando se produzcan con el consentimiento de los participantes y que se cumpla la edad de consentimiento sexual.

[cita requerida] Los siguientes son diosas y dioses del sexo, el amor y la lujuria de distintas culturas, mitologías y religiones:[14]​ En el libro del Levítico se condendan ciertas conductas sexuales consideradas como pecaminosas, tales como el incesto, la zoofilia y la homosexualidad: Actos de inmoralidad prohibidos Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez.

No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.

Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual.

Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella.

(Se condena la homosexualidad masculina) Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión.

Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada); no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros.

[18]​ Los actos sexuales"[nota 1]​ son sagrados dentro del contexto de la relación conyugal, que refleja un "don mutuo total y temporalmente ilimitado del hombre y de la mujer".

Si ellos cayeran en la debilidad, siguiendo los modelos de comportamiento que pueden ser considerados exactamente como un "escándalo en el mundo contemporáneo" (y estos son, infelizmente, modelos ampliamente difundidos), en las profundidad de sus corazones ellos todavía pueden desear un amor lindo y puro.

Dante condena a estos "malefactores carnales"[23]​ por dejar que sus apetitos sobrepasaran su razón.

Estas almas están condenadas a ser impelidas por un fuerte viento que las embiste contra suelo y paredes, las agita y las hace chocar entre ellas sin descanso, de la misma forma que en vida se dejaron llevar por los vientos de la pasión.

La religión, además, sostiene que el deseo sexual no es malo de por sí.

(Catecismo 2351) https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s2c2a6_sp.html En 1589, Peter Binsfeld, basándose libremente en fuentes anteriores, asoció a la Lujuria con el demonio Asmodeo.

También condena la satisfacción de las relaciones entre personas del mismo sexo (homosexualidad y lesbianismo).

[26]​ La lujuria puede incluirse en varias de las aflicciones o males causantes del dolor, al menos en la yoidad y el apego.

[27]​ En la filosofía hindú las aflicciones son las causas del dolor y miseria humanos.

La lujuria, representada por Pieter Brueghel .
Detalle de Lujuria , Mesa de los pecados capitales por Hieronymus Bosch . En el campo está plantada una tienda de color rojo intenso, en la que dos parejas de enamorados celebran una comida campestre. A un lado, dos juglares o bufones. En primer plano, instrumentos musicales.