Abstinencia

Se refiere comúnmente a una abstinencia temporal o parcial de alimento, como en el ayuno.

Freud llamó sublimación al acto de encauzar las energías sexuales en actividades cultural o socialmente aceptables.

En el primer caso se encuentran los animales impuros: los cuadrúpedos que no rumían y que no tienen hendidas las pezuñas;[2]​ los peces que no tengan escamas ni aletas también son impuros;[3]​ en cuanto a las aves existe una lista exhaustiva: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina, el buitre, el halcón, el cuervo, el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán, el búho, el somormujo, el ibis, el cisne, el pelícano, el calamón, la cigüeña, la garza, la abubilla, el murciélago (cf.

[5]​ En el cristianismo primitivo se planteó, debido al proselitismo realizado entre no judíos, el tema de las comidas impuras.

[10]​ La abstinencia sexual masculina previa al coito es una práctica muy extendida a la hora de buscar una fecundación por medios naturales.

A menor tiempo de abstinencia, la eyaculación será menos voluminosa y los espermatozoides tendrán mejor calidad, serán más móviles y habrá un mayor porcentaje de espermatozoides viables, pero habrá menos.

La abstinencia, como renuncia preconcebida a determinadas actividades, se traslapa con condiciones como la virginidad y la castidad, velado su cumplimiento mediante la edad de consentimiento, cuyo incumplimiento se entiende debido a la seducción o falta de templanza.