Este último año, una asamblea de patriotas noruegos declaró unilateralmente la independencia del país y redactó su constitución, si bien tuvo que hacer algunas enmiendas para integrarse en una nueva unión personal con Suecia.
Junto con otros guerreros procedentes de lo que hoy son Dinamarca y Suecia, serían conocidos como vikingos o normandos.
Se ha discutido bastante sobre el origen de esas migraciones escandinavas y existen varias teorías que intentan explicarlas.
Otro evento fue el surgimiento, a finales del siglo VIII, de una sociedad noruega organizada en pequeños reinos cuyos monarcas exigían impuestos.
Muchos noruegos prefirieron emigrar y la manera más próxima de obtener recursos fue el saqueo, actividad que les valió a los vikingos una mala reputación en Europa.
Esta batalla ha sido considerada tradicionalmente como el evento que marcó la unificación del país en un solo reino bajo la autoridad de Harald.
Olaf Tryggvason, también perteneciente a la Dinastía Cabellera Hermosa, llegó procedente de un exilio en 995 y enseguida fue nombrado rey.
Entre 1066 y 1130, el reino de Noruega se había establecido ya sólidamente, pero aún contaba con un sistema administrativo bastante rudimentario.
A finales del siglo XI había aumentado el número de ciudades; entre ellas florecieron Oslo, Nidaros, Bjørgvin y Tønsberg.
Los opositores a Magnus, el bando de los birkebeiner, mantuvieron una resistencia marginal hasta que Sverre Sigurdson asumió como su líder.
Sverre era un gran estratega militar que logró controlar una parte importante del país y finalmente derrotar a Magnus en 1192.
Haakon V, rey desde 1299, trasladó la capital a Oslo, se casó con una princesa alemana e intentó incrementar la influencia noruega en Escandinavia participando en conflictos internos en Suecia.
En Noruega había cierta oposición a que Cristián asumiera como rey, principalmente por su religión luterana y su enemistad con el campesinado.
Cristián III introdujo en 1537 la reforma protestante en Dinamarca, y en 1539 en Noruega, tras ser reconocido como rey por el Consejo Real.
Suecia había iniciado en esa época una política expansionista que se topó con los intereses daneses y desembocó en varias guerras.
Después de una derrota catastrófica frente al ejército imperial, el soberano dano-noruego tuvo que regresar a Dinamarca.
Cuando la guerra terminó, los burgueses aprovecharon la debilidad de la nobleza y buscaron mayor influencia en la administración para proteger sus intereses económicos.
Por contraparte, la clase trabajadora padeció los altos precios de los productos básicos y el racionamiento, al tiempo que los salarios permanecieron congelados.
La miseria entre los obreros provocó serios conflictos sociales, y el sector campesino luchó por la defensa de sus precios frente a la competencia exterior.
Los laboristas, que tras una revisión de su plataforma política se habían inclinado hacia la socialdemocracia, pudieron formar gobierno en 1935, con Johan Nygaardsvold como primer ministro.
La invasión alemana fue rápida, si bien la artillería noruega pudo hundir un barco enemigo desde la fortaleza de Oscarsborg, lo que retrasó la conquista del país por algunas semanas.
Durante la guerra, las localidades de Namsos, Steinkjer, Elverum, Molde, Kristiansund, Bodø y Narvik fueron destruidas por completo.
Terboven intentó negociar con el gobierno legítimo de Noruega para que éste se mantuviese a las órdenes del Reich.
Con esa designación, Terboven pretendía hacer creer que la soberanía recaía en los noruegos, pero el Reichkomissar se mantuvo como la máxima autoridad.
Unos 15 000 soldados noruegos participaron en el frente oriental al servicio de Alemania, en combates en Finlandia y la Unión Soviética.
Se convocaron elecciones generales en octubre de ese mismo año, en las que obtendría una victoria contundente el Partido Laborista.
Se instituyeron importantes conquistas sociales que convirtieron a Noruega en un referente del estado de bienestar en el mundo.
El dominio laborista continuó hasta 1961, año de elecciones legislativas en que ese instituto político perdió la mayoría absoluta.
Por ello, Bratteli renunció al año siguiente, y sería sustituido por un nuevo gobierno minoritario, el del demócrata cristiano Lars Korvald.
Su gobierno duró sólo hasta las siguientes elecciones, para ser sustituido por la coalición centro-conservadora-demócratacristiana de Jan Peder Syse.