Erico heredó un gran poder al gobernar todos los países escandinavos.
En el año de 1400 alcanzó la mayoría de edad y por lo tanto el derecho a gobernar, pero mientras Margarita vivió Erico sólo pudo ejercer algunos poderes en los asuntos del Estado.
Como monarca de los tres reinos, Erico mostró una marcada preferencia hacia Dinamarca.
La guerra dañó a la economía del país, y Erico no consiguió ningún territorio, sino que incluso sufrió pérdidas de algunas zonas que habían sido ganadas por Margarita.
La economía de Suecia también se vio duramente afectada por los conflictos bélicos.
La rebelión fue aprovechada por los nobles suecos para debilitar el poder del rey.
Erico no cumpliría con sus promesas, y tras un gobierno nefasto fue depuesto nuevamente en 1436, nombrándose en su lugar a Carlos Knutsson en calidad de regente del reino.
Erico simplemente abandonó Dinamarca en 1439 y se estableció en la isla de Gotland.
Después de ser retirado del trono en Suecia y en Dinamarca, los noruegos solicitaron a Erico que continuara como rey de Noruega, pero Erico rechazó la propuesta y prefirió permanecer en Gotland.