Carlos VIII de Suecia

En sus años de juventud, realizó viajes al extranjero, donde estudió arte e idiomas.

Carlos Knuttson comenzó su vida política a partir de la sublevación encabezada por Engelbrekt Engelbrektsson contra el rey Erico de Pomerania en 1434, cuando se unió a la rebelión.

En marzo de 1438, tras llegar el consejo a un acuerdo con Erik de Pomerania y nombrarlo nuevamente rey de Suecia, Carlos abandonó su puesto de gobernador militar, pero el otoño del mismo año, el rey Erik partió en exilio rumbo a Gotland, y Carlos fue elevado a regente del reino.

Las primeras acciones de Carlos Knutsson como gobernante fueron debilitar a sus adversarios políticos.

Krister Nilsson, que defendía la Unión de Kalmar y el regreso del rey Erik, fue encarcelado.

En Viborg estableció una corte independiente y se enfrentó constantemente al gobierno sueco.

Carlos buscó imponer su poder en toda Noruega, pero se llegó a un acuerdo de paz en mayo de 1450, cuando se estableció la resolución del conflicto entre Suecia y Dinamarca mediante un congreso.

El reinado de Carlos en Noruega duró un año; en 1450 renunció al trono.

Jöns Bengtsson había conspirado a favor del rey Cristián I para que este ocupase el trono de Suecia.

Los seguidores de Jöns, encabezados por el obispo Kettil Karlsson, se levantaron contra Cristián e hicieron un llamado a Carlos para que regresara a Suecia.

Sin embargo, tan pronto como fue liberado, Jöns Bengtsson nuevamente comenzó a conspirar en favor del depuesto Cristián, y fraguó una rebelión contra Carlos.

No obstante, en el siglo XVI, Carlos fue reconocido como un patriota que buscó la independencia de Suecia.

Tumba de Carlos en Estocolmo