[8] Se sucedían las huelgas y las manifestaciones por la escasez de alimentos en las principales ciudades,[8][9] debidas a la mediocre distribución.
[26] Como era su costumbre desde hacía tiempo, los representantes del gabinete no se hallaban presentes en la Duma, gesto que manifestaba su desprecio a los diputados.
[21][10] Comenzó así el levantamiento popular que acabó con la monarquía, sin preparación ni coordinación de los partidos revolucionarios.
[44][10] Algunos cuadros menores de los partidos socialistas, en especial los mencheviques,[49] lograron encauzar las protestas a fines políticos[46] y dar cierta cohesión al movimiento.
[49] Las tropas se habían mostrado vacilantes y favorables a los manifestantes, las cargas de la policía, ineficaces.
[45] Los destacamentos de cosacos enviados por el Gobierno para disolver las protestas se mostraron favorables a los manifestantes.
[51] Rápidamente, los obreros decidieron formar un comité revolucionario provisional y organizar destacamentos de combatientes para llevar la revolución a las calles.
[55] Otros soldados, por el contrario, dispararon contra la multitud[54] y causaron una decena de bajas a media tarde en la misma zona.
[60] Jabálov temía, sin embargo, que las tropas desobedeciesen sus órdenes y la revuelta se convirtiese finalmente en una revolución.
[61] Los partidos revolucionarios se encontraban para entonces desorganizados, tanto por las malas comunicaciones con la capital como por las medidas de la policía.
[73][nota 2] Al final del día, se habían producido más de ciento cincuenta víctimas.
[74][72] Al recibir la orden de disparar contra los manifestantes, una compañía del regimiento Pávloski se amotinó[73][71][35][75][72] a media tarde.
[84] Al verse forzados a actuar por las órdenes del Gobierno, se rebelaron[30][85] y acabaron rápidamente con el poder gubernamental en la capital.
[88] El Gobierno, subestimando su debilidad, había decidido disolver la Duma hasta abril[44][89][86] en una reunión la noche del domingo.
[93] El zar jugó al dominó y recordó de esa tarde que «lucía un hermoso sol».
[96] Decidido a no hacer concesiones, el zar convocó al general Nikolái Ivánov y le ordenó marchar sobre la capital.
[97] El soberano rechazó nuevamente la dimisión del primer ministro[95] y decidió resolver la crisis por medios militares.
[98] Ivánov solicitó para la misión el mando del batallón de San Jorge,[98] formado por veteranos condecorados con esta distinción.
[99] Desde Tsárskoye Seló, hacia la que partió la mañana del martes,[98] Ivánov se proponía lanzar el asalto a la alzada capital.
[105] El rápido y decidido apoyo popular al Sóviet de Petrogrado le confirió pronto un gran poder político.
[105][89] Las tropas teóricamente aún fieles al Gobierno se disolvieron ante el primer contacto con los alzados.
[124][125] Ivánov se encontró, primero en Tsárskoye Seló y más tarde en la cercana Výritsa, privado de los refuerzos prometidos, retirados por Alexéyev por temor a que las fuerzas enviadas se uniesen a los alzados como ya lo habían hecho para entonces unidades en Luga, Kronstadt o Moscú.
[129] Mientras la primera la integraban principalmente obreros de la capital, la segunda se formó sobre todo con funcionarios y estudiantes.
[129] Pocos días después el Comité ejecutivo del Sóviet logró la subordinación teórica —pero no real— de la milicia obrera a la municipal.
[130] A pesar de que algunos diputados liberales, entre ellos el dirigente kadete Pável Miliukov, Aleksandr Guchkov o Vasili Shulguín,[131] deseaban establecer una monarquía constitucional, la revolución había avanzado[102] demasiado para permitirlo.
[136] Tras retirarse pasada la medianoche, se llamó a Ruzski dos horas más tarde para anunciarle que Rodzianko deseaba hablar con él por el aparato de Hughes —un primitivo teletipo—; tras anunciar a Rodzianko la nueva disposición del emperador a aceptar un gabinete dependiente de la Duma, Rodzianko le comunicó que la concesión ya no era suficiente[137] ante los últimos acontecimientos y que el zar debía abdicar.
[140][138][139] En menos de una hora estos habían comunicado al jefe del Estado Mayor su conformidad con la abdicación planteada.
[149] Antes, el zar había regresado temporalmente a Moguiliov para despedirse del Estado Mayor y recibir la visita de su madre, que se desplazó especialmente desde Kiev.
[155][156] Guchkov y Shulguín se habían salvado en el último momento de ser linchados cuando, al llegar a la capital, anunciaron la abdicación del zar en su hermano, rechazada por la multitud.
Kérenski fue incapaz de tratar los problemas a los que se enfrentaba el país al continuar participando Rusia en la Gran Guerra.