Montes Urales

Los montes Urales (del ruso: Уральские горы) son una larga y baja cordillera montañosa considerada la frontera natural entre Europa y Asia, aunque en la práctica no constituya una división real, ni lingüística, étnica, climática o histórica.

Las características del paisaje son semejantes a ambos lados de sus vertientes.

El subsuelo es rico en hierro, carbón y petróleo, entre otros, por lo que es un gran centro industrial de Rusia.

Numerosas industrias siderúrgicas, metalúrgicas y químicas, están asentadas en la región.

Las ciudades más importantes a su vera son Ekaterimburgo, Cheliábinsk, Magnitogorsk, Ufá y Perm.

El accidente ocurrió cerca de la montaña Otorten (Отортен), llamada en el idioma mansi «No vayas nunca allí».

La denominación rusa moderna de los Urales es (Урал, Ural), que se remonta a los siglos XVI y XVII, e inicialmente fue utilizada para hacer referencia a sus sectores en el sur y que en el siglo XVIII se impuso como denominación de todo el conjunto.

[3]​ A partir del siglo XIII en Baskortostán existe una leyenda de un héroe llamado Ural que sacrificó su vida por el bien de su pueblo, apilando rocas sobre su tumba que posteriormente se transformaron en los Urales.

[4]​[5]​ Los comerciantes de Oriente Medio, por lo menos desde el siglo X, comerciaban con los baskires y otros pueblos que vivían en las laderas occidentales de los Urales y llegaban muy al norte, hasta Gran Perm.

La tierra de los Stróganov proporcionó la plataforma para la incursión en Siberia del cosaco Yermak Timofeyevich.

En 1597 se construyó la primera carretera que cruzaba los Urales, la carretera de Babinov, desde Solikamsk al valle del Tura, donde se fundó en 1598 la ciudad de Verkhoturye (en el Alto Tura).

La primera gran campaña geográfica de los Urales fue completada a principios del siglo XVIII por el historiador y geógrafo ruso Vasily Tatishchev, a las órdenes de Pedro I.

Durante el siglo siguiente, la región fue estudiada por científicos de varios países: Rusia (el geólogo Alexander Karpinsky, el botánico Porfiry Krylov y el zoólogo Leonid Sabaneyev), Inglaterra (el geólogo sir Roderick Murchison), Francia (el paleontólogo Edouard de Verneuil) y Alemania (el naturalista Alexander von Humboldt, el geólogo Alexander Keyserling).

[6]​[8]​ En 1845, Murchison, que según la Encyclopædia Britannica había «compilado el primer mapa geológico de los Urales en 1841»,[6]​ publicó The Geology of Russia in Europe and the Ural Mountains ("La geología de Rusia en Europa y en los montes Urales"), con de Verneuil y Keyserling.

Finalmente, ese tramo ha sustituido a la sección Ufa-Cheliábinsk como tronco principal del ferrocarril transiberiano.

Desde un punto de vista geográfico esta cordillera constituye el límite septentrional entre el continente europeo y Asia.

[18]​[19]​ En la zona este y sur de los Urales la mayoría del orógeno se encuentra enterrado debajo de sedimentos posteriores que se remontan al Mesozoico y Cenozoico.

En los Urales afloran numerosas rocas deformadas y que han sufrido procesos de metamorfosis, principalmente del período Paleozoico.

La topografía kárstica está mucho menos desarrollada en la zona al este de los Urales.

Las zonas orientales son ricas en calcopirita, óxido de níquel, oro, platino, cromita y magnetita, como también en carbón (óblast de Cheliábinsk), bauxita, talco, gres y abrasivos.

Las estepas principalmente se encuentran en el sur y sureste de los Urales.

Entre las especies de aves que moran en la zona se encuentran el urogallo, gallo lira, grévol, cascanueces y cucos.

Pocos animales habitan en los Urales polares, y los que lo hacen son característicos de la tundra e incluyen al zorro ártico, faisán de la tundra, lemino y reno.

Un fragmento del mapa de Herberstein
Verkhoturye en 1910
Vista general de la cordillera con sus distintas partes
Urales circumpolares
Montes Urales.
Una mina en las montañas Urales hacia 1910.