Durante la guerra de los Treinta Años, el Imperio sueco ha tenido éxito frente a los demás ejércitos imperiales en Alemania y otras victorias importantes bajo el mando de Gustavo II Adolfo y el conde Axel Oxenstierna (hasta su fallecimiento).
En la primavera de 1643 el Concejo Monárquico sueco determinó que Dinamarca les había ganado bastante terreno.
Este ataque pilló a los daneses desprevenidos, aunque el rey Cristián IV se mantuvo alerta y ordenó proteger algunas islas.
Jacob Ulfeld dio inicio a una serie de ataques contra los suecos desde Jämtland (entonces: parte de Noruega), sin embargo no se pudo evitar el avance sueco.
Sehested realizó varios preparativos para avanzar con sus propios hombres a los que se unió el ejército del militar Henrik Bjelke, pero tuvieron que cederle el paso al rey en el ataque de Gotemburgo.
En el frente noruego, Sehested atacó el recién establecido asentamiento de Vänersborg, el cual quedó destruido.